La arrestada de la secta de Oia es una joven 'monja migueliana', ''bastón'' de Rosendo a la que éste ''comió el coco'', reconoce su padre

La mujer detenida hoy en relación con la presunta secta instalada en Madrid es uno de los "bastones" del fundador y exlíder de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, Feliciano Miguel Rosendo Silva.

Se trata de Marta Paz, según ha confirmado a Efe su padre, Carlos Paz, quien estuvo involucrado en esta presunta secta durante casi dos décadas hasta que salió de la misma junto a su esposa Concha Alonso, pero no pudieron convencer a su hija, de la que dice que le han "comido el coco".

Marta Paz, de 29 años, es una de las llamadas "monjas miguelianas" que se hizo famosa dentro del ámbito religioso por actuar en el coro musical de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel para el Papa Benedicto XVI durante las Jornadas Mundiales de la Juventud celebradas en Madrid en 2011.

Su padre detalló ayer, durante la rueda de prensa con la que varios familiares y exmiembros del grupo rompieron su silencio, que resulta "muy difícil" tomar la decisión de romper lazos con esta organización, a la que dedicaron su "tiempo, dinero y trabajo".

También dijo que la mayor presión que reciben los familiares proviene de sus propios hijos, quienes les advierten de "que se olviden de ellos" si insisten en sacarlos de la congregación.

Carlos Paz señaló que todos quienes entraron en la Orden y Mandato San Miguel Arcángel, cuya secuela es La Voz del Serviam, compartían una "inquietud por ayudar a los demás", en especial a los colectivos más sensibles. "No nos dábamos cuenta de lo que pasaba", dijo Carlos Paz, hasta que tanto él como otros miembros de la congregación tuvieron noticias del amplio patrimonio de su líder espiritual, y a partir de ahí "tiraron del hilo".

En una entrevista publicada en febrero de 2012 en el blog Tú Verás, la hermana Marta relataba cómo a los nueve años de edad se adentró, junto con sus padres y su hermana, en la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, que definió como "una habitación dentro de la Santa Madre Iglesia".

También contó en esa entrevista que fue objeto de bromas de sus compañeras de estudio por sus creencias y que la tachaban como la "rara", y cómo "la acidez" de ese mote se le "hacía dulce en el fin de semana a la sombra de las alas de mi Arcángel San Miguel, tan amado", y que fue eso lo que "salvó" su vida.

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