La A-8 supone un ahorro de 16 minutos y 2,5 kilómetros a su paso por A Mariña

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La finalización de los tramos mariñanos de la Autovía del Cantábrico, que inauguró la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el pasado lunes, pone fin al histórico aislamiento en las comunicaciones terrestres que sufría hasta ahora la Costa de Lugo. Además, supone un importante ahorro de tiempo a la hora de franquear la comarca desde Ribadeo hasta el alto de A Xesta por la A-8, donde esta infraestructura llega a Terra Chá. En total son 42,6 kilómetros que se tardan en recorrer 23 minutos desde la rotonda que da acceso en Ribadeo a la autovía en la zona oeste hasta la salida de Abadín y Mondoñedo, en el alto de A Xesta. Ese mismo recorrido por la N-634 supone hacer 45,1 kilómetros en 39 minutos, es decir, 2,5 kilómetros y 16 minutos más. Aunque en ese tiempo no se incluye la ausencia de tráfico que hay actualmente y que hasta el lunes era muy importante y retrasaba el viaje de forma importante.

La apertura de los dos tramos pendientes de la A-8 (Mondoñedo-Lindín y Lindín-Carreira) supone un cambió radical en las infraestructuras terrestres de la zona. A Mariña se acerca al resto de Galicia y al resto de la cornisa cantábrica. El Ministerio de Fomento trabaja en estos momentos en el tramo entre Unquera y Pendueles, en Asturias, lo que permitirá completar la autovía por completo, desde Galicia al País Vasco.

Consecuencias
Afectará a los locales a pie de carretera
Una de las consecuencias de la apertura de la A-8 a su paso por A Mariña es el posible descenso de los clientes de paso que puedan tener los locales de hostelería y hospedería (bares, restaurantes, hoteles) en la comarca. Chus Amieiro, de A Voltiña, cree que no le afectará a su negocio. «Se puede decir que nuestra clientela es de la zona; los de paso pueden suponer un 5%, así que no creo que nos afecte mucho», dice.

La N-634 se queda sin tráfico una vez abierta la vía
La N-634 se ha quedado desierta. En la subida al alto de A Xesta por esta carretera apenas hay coches ni camiones. La mayoría utiliza la A-8 una vez estrenada. Ahora, la antigua carretera nacional queda para aquellos usuarios que tienen el principio o fin de trayecto en la zona, pero ha dejado, desde el lunes, de ser un lugar de paso entre Asturias y el resto de la cornisa cantábrica y el centro de Galicia.

Esta carretera, entre Ribadeo y A Xesta, cuenta con ocho rotondas y una decena de tramos limitados a 50 o 40 kilómetros por hora, que coinciden con el paso por las distintas localidades; otros tres tramos están limitados a 60, mientras que durante la mayoría de los 45,1 kilómetros no se puede circular a más de 80.

 

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