Juntar manos en Mondoñedo

Sin necesidad del milagro, solo con una mano de santo como se titula el reportaje que hoy dedicamos a Mondoñedo dentro del recorrido monográfico de los lunes por A Mariña, debería haber futuro para esta patria de Cunqueiro. Las circunstancias piden el despegue de esta histórica sede diocesana. Algo falla cuando no varía la tendencia a perder población en Mondoñedo. Falla la mano de unas administraciones públicas que apuntasen en una misma dirección para establecer las circunstancias que permitiesen atraer la iniciativa y la inversión privada. El peso histórico, la tradición literaria de la ciudad, su casco urbano histórico, el entorno natural y paisajístico, su proximidad al mar y a la montaña deberían hacer que Mondoñedo fuese uno de los focos del turismo de calidad en Galicia. Mondoñedo, como otras cabeceras naturales de comarca en Galicia, más que inversiones en edificios administrativos, que en este caso se justifican solo por la restauración de un precioso pazo, necesita que la acción de los poderes públicos lidere unas vías de inversión con visión de futuro, que atraigan y hagan viable la iniciativa privada. La finalización de la autovía del Cantábrico debe representar el fin de la decadencia de Mondoñedo. Y hasta debería convertirse Mondoñedo a partir de ese momento en un test sobre la capacidad y la voluntad de los poderes públicos -local,provincial, autonómico y estatal- para dar muestras efectivas de la discriminación positiva hacia la provincia de Lugo. Hay que marcar desde la provincia de Lugo las líneas a recorrer, acordar la tarea común, implicar a la sociedad civil, generar confianza desde la credibilidad y demandar por los representantes políticos atención en base a objetivos comunes. No vale trabajar al corto plazo desde el poder ni hacer oposición solo en estrategia de partido.

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