A juicio tres acusados de rebajar con agua la leche que vendían a una quesería

Dos hermanos y la suegra de uno de ellos se enfrentan a sendas penas de cuatro años de prisión por rebajar supuestamente con agua la leche que le vendían a una empresa láctea.

Uno de los acusados era transportista y recogía leche en las explotaciones de los otros dos, en Abadín, lo que les permitió idear un plan para incrementar sus beneficios. Sin embargo, la empresa los descubrió, por lo que hoy serán juzgados en la Audiencia Provincial de Lugo como presuntos autores de un delito continuado de estafa.

El ministerio fiscal argumenta que durante los años 2010 y 2011, el acusado I.P.C. era transportista autónomo y recogía leche para una empresa de lácteos, dedicada fundamentalmente a la elaboración de quesos. El hombre tenía asignadas dos rutas -una por el municipio de Abadín y otra por Vilalba y Cospeito- que realizaba en días alternos.

El hombre recogía leche en las explotaciones de su hermano, M.P.C., y de su suegra, L.M.C., ambas en Abadín. Los tres se pusieron de acuerdo para añadir agua a la leche, aumentando así su volumen y logrando mayores ingresos económicos.

Los tres acusados mantuvieron esta práctica durante varios meses, hasta que la empresa sospechó que no se trataba de un hecho accidental o aislado y verificó el fraude con los correspondientes análisis. Al confirmar el engaño, la empresa rescindió el contrato con los tres acusados.

El ministerio público explica que, al añadir agua a la leche se disminuye su contenido en materia grasa, necesaria para la producción de quesos y otros derivados. De este modo, la empresa láctea «no sólo sufrió el quebranto económico de pagar por más litros de leche de los realmente producidos, sino también el ocasionado por la baja calidad de la leche».

Además, la acusación señala que la totalidad de la leche recogida en un mismo día a diferentes ganaderos se transportaba en la misma cisterna, «por lo que la merma en la calidad afectaba a la totalidad de la leche, y no únicamente a la de los acusados». El acusado I.P.C. recogía entre 8.000 y 10.000 litros diarios, por lo que los perjuicios para la empresa fueron estimados en 180.000 euros.

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