Juan Manuel Roca (Lugo, 1978) descubrió 'El arte de la guerra' mientras realizaba su tesis doctoral. Ahora readapta sus enseñanzas al mundo de la empresa del siglo XXI
¿Cuándo llegó a sus manos por primera vez ‘El arte de la guerra’?
Cuando estaba haciendo mi tesis doctoral, que estudiaba las claves del éxito del diario Marca, y mi tutor me recomendó ‘El arte de la guerra’, que quizás no me hiciese falta para la tesis en sí, pero que merecería la pena. Me puse con él, y desde el primer día me fascinó.
Y termina por escribir una adaptación a la época actual. ¿Cuál es su máxima en el arte de la guerra?
Pues la máxima que dice el propio Sun Tzu, y que en el fondo es la gran tesis que hay en el libro. Ya en el primer capítulo dice lo siguiente: «La guerra es de vital importancia para el Estado. Es el dominio de la vida y de la muerte». Sin embargo, poco después asegura: «Todo el arte de la guerra se basa en el engaño. El arte supremo de la guerra es someter al enemigo sin combatir». Estamos ante un tratado de la guerra, quizás el más importante de toda la historia, pero de entrada dice que la propia guerra es un engaño. Solo con esa frase nos está avanzando que el arte de la guerra se basa realmente en la paz. Curiosamente, en el mundo de la empresa una de las teorías que más ha calado es la teoría de los océanos azules, que dice que todas las empresas compiten en el mismo sector. Como pasa en la guerra, al competir unos con otros se desangran. Por tanto, el mar en el que luchan se convierte en un océano rojo. Sin embargo, las empresas inteligentes en vez de entrar en esa guerra fraticida, son capaces de dejar ese océano a un lado y crear su propio océano. La mejor forma de ganar es creando un mercado nuevo en el que no tengas competencia.
La batalla ganada antes de ser librada.
¡Ahí está! ¡Esa es la tesis de Sun Tzu! El general escribe este libro increíble hace 25 siglos y la teoría de los océanos azules se publicó en el año 2005. Pero 2.500 años después, la tesis es exactamente la misma. Me gustaría tener cara a cara a Chan Kim, creador de la teoría, y decirle: no me negarás que parte de tu teoría está basada en el arte de la guerra.
