Josemi Rodríguez Sieiro: ''Soy de derechas y lo digo, ¿acaso es un delito?''

"Yo soy como soy, lo que se ve", asevera en un par de ocasiones Josemi Rodríguez-Sieiro (Vigo, 1950), y tiene razón. Porque es tan irónico y vehemente como aparenta, con cierta pose de divo, pero amable y cercano a un tiempo, tanto como para dedicar una frase cortés o firmar un autógrafo a todos los que lo piropean por la calle. Y son unos cuantos. "Son mis clientes: los que me ven, me oyen o me leen. Gente amable que podía no decir nada y, en cambio, me halagan y eso hay que agradecerlo siempre. Forma parte de mi trabajo y convivo con ello, pero teniendo claro que no hay que creerse nunca nada, porque hoy estás en televisión, pero mañana no, y todo esto se acaba. En mi caso particular, siempre tengo los pies sobre la tierra. Soy muy realista. Hay que saber el mundo que se pisa, poder corresponder de alguna manera y nunca estar de más".

PREGUNTA: ¿Qué es lo que lleva a pasarse al mundo de la prensa a alguien de buena familia que en su momento había estudiado Derecho?
RESPUESTA: Yo no soy periodista, soy una persona que escribo, que comento... que es diferente. Sé guardar un secreto y sé hasta dónde se pueden contar las cosas, cuando posiblemente el periodista vaya más allá. Y si estoy en este mundillo es porque en un momento dado me apeteció, pero igual que si pasado mañana decido hacer otra cosa; lo mismo que he abandonado el mundo del corazón, volvería a dejar esto para emprender lo que sea. No tengo grandes problemas en ello, porque con 59 años aún puedo hacer miles de cosas.

P: Se ha referido a su despedida de la crónica del corazón, de la que ha dicho que ha pasado de divertirlo a hacerle vomitar. ¿A qué se debe un cambio tan drástico?
R: En el momento en el que terminé con María Teresa Campos dejé el corazón. Voy a cuatro programas y en ninguno toco temas de corazón. Lo que pasa es que los contenidos han ido cambiando, antes se hablaba de una gente y ahora se habla de otra, y la de ahora no me interesa. Belén Esteban puede ser un fenómeno mediático, pero a mí no me interesa su vida, porque sólo refleja la vulgaridad y la ignorancia llevadas al pódium. Me divertían los personajes de antes, pero los de ahora ya no.

P: Cuando deja sus ocupaciones laborales y sus negocios para pasar a ser comentarista, ¿qué gana con el cambio?
R: Divertirme. Era algo que podía hacer y que me divertía, así que no hubo ningún problema. Y, por ejemplo, Carlos Herrera me ha dejado hacer lo que quería en la radio y me han dado un Micrófono de Oro y una Antena de Oro. Lo haré mejor o peor, pero lo hago y de momento pues ahí estoy. Y en televisión, lo mismo, con muchas ofertas. Por ejemplo, me han ofrecido ahora mucho dinero por participar en un programa de televisión en el que viviría como un mendigo y he dicho que no sin entrar a considerar siquiera la elevada cifra que me daban. Y he dicho que no porque me parece una falta de respeto hacia los que no lo están pasando bien.

P: En la radio, sus polémicas con Lorenzo Díaz cuentan con numerosos seguidores. ¿Sus diferencias son reales?
R: Sí, son reales. Me divierto mucho con Lorenzo aunque somos dos personas muy diferentes, nunca nos hemos apeado del usted y no nos damos el más mínimo cuartelillo. Él es un personaje entrañable que no tiene nada que ver conmigo ni social ni cultural ni política ni ideológicamente, pero es divertido e inteligente.

P: En una ocasión dijo que se veía a sí mismo como una persona normalísima, pero que los demás piensan que no lo es tanto. ¿Cómo es y cómo cree que lo ven?
R: Yo soy como soy, no he variado nada: tengo mis amigos de siempre, me muevo en el círculo de siempre... Y que me vean de una manera o me vean de otra no me preocupa demasiado. A unos les caeré muy bien y a otros muy mal, pero como tengo la tranquilidad de que yo sólo cuento la verdad, no me pueden negar que eso me ha otorgado una cierta credibilidad. Por ejemplo, a la hora de hacer publicidad no acepto cualquier cosa. Tengo muchas ofertas, pero si no creo en el producto no puedo, sólo por dinero, ponerme a decir que eso es maravilloso. Tampoco acepto que me impongan "tienes que defender esto en televisión", y ya me ha pasado. A mí me dijeron en una tertulia que tenía que defender la ley antitabaco y les contesté que no, que no estaba de acuerdo. Me argumentaban que "hay que tener un equilibrio", ¡pues buscar a otro! Sé que me resultaría más cómodo ir, defender la ley antitabaco y cobrar, pero yo no soy así.

P: Además de sincero, diría que es...
R: Soy ordenado, responsable en el trabajo, vago por naturaleza, muy juerguista y muy divertido con mis amigos, o al menos eso dicen ellos.

P: Y también de derechas, según ha reconocido. ¿No cree que definirse políticamente tan a las claras sigue teniendo más inconvenientes que ventajas?
R: A mí los inconvenientes no me condicionan.¿Qué me puede pasar?, ¿que me echen de un sitio porque lo lleva un señor de izquierdas? Pues me da igual, ¡ya me contratará uno de derechas! Y si no me voy a mi casa, que allí estoy divinamente. No me preocupan ese tipo de cosas, digo lo que quiero porque en esta vida hay que ser valiente y no hay que estar mediatizado por los poderes políticos. Si me preguntan cómo soy, yo lo digo y punto, ¿acaso supone algún delito ser de derechas?, ¿no, verdad?, pues ya está. Y yo tengo muchísimos amigos en la izquierda y en la derecha, pero todos conocen mis convicciones.

P: Si un especialista en buenas maneras como usted se define ideológicamente, ¿eso quiere decir que ya no es una incorrección hablar de religión y de política?
R: Yo me pregunto, ¿quién fue el que se inventó eso de no hablar de religión ni de política? Eso es como esa gente que dice "en mi casa no se hablaba de dinero", claro, no se hablaba de dinero porque no lo tenías; o "a mí no me gustan las joyas", pues porque no las tienes... Eso es como lo de "voy a tener una casa minimalista", no, es que te has liberado de todas las marranadas que tenías, que es diferente. Vamos a hablar claro y a no andar con tapujos.

P: ¿Por qué un libro sobre los ricos?
R: Porque me lo habían pedido en la editorial. El primer libro que me encargan es uno sobre ricos, pero yo les digo que no me interesa y les hago otra cosa. Pero tres años más tarde ya me daba un apuro horroroso y escribí ‘Cuestión de ricos’.

P: En el libro reconoce que "la vida sin dinero debe ser muy difícil". ¿Ha pensado alguna vez cómo hubiera sido la suya en unas circunstancias económicas más adversas?
R: No porque, como lo he tenido siempre, ¿para qué voy a pensar en tonterías? Tampoco he pensado en si hubiera sido más alto, más guapo o si hubiera vivido en otra época... son cosas que no vienen al caso.

P: ¿Se considera rico?
R: No tengo problemas para vivir, si eso es ser rico... Tengo respeto por el dinero, pero no quiero tener un barco de 40 metros de eslora, sólo contar con lo suficiente para agradecer a los que tienen el barco que me hayan invitado.

P: ¿Para ser rico con elegancia es preciso haber nacido ya con esta condición?
R: No, en todas las familias, por muy elegantes que sean ahora, siempre ha tenido que haber un nuevo rico o un primer rico. Pero ahora va todo muy rápido y la segunda generación aprende una barbaridad, mientras que antes se tardaba un poco más.

P: ¿Por qué se muestra tan crítico con los nuevos ricos?
R: No soy crítico, si yo digo bien claro que admiro a los nuevos ricos por haber sabido crear la riqueza, lo que pasa es que cuento mis experiencias con los nuevos ricos, que son más llamativas que con los de toda la vida.

P: Dedica uno de los capítulos de su libro a los nuevos ricos de provincias. ¿Cómo diría que son en Lugo, por ejemplo?
R: Bueno, en Andalucía son más echados para delante que en Galicia, por ejemplo. La finca no es la misma, ni la casa y la manera de vivir es otra. Digamos que en Galicia son más comedidos.

LO QUE HA ESCRITO

  • La falsa leyenda del pijo. "El auténtico pijo de ahora es el hijo de ricos con pantalón caído, zapatillas de deporte, mochila y sudadera con capucha, tratando de ligarse a una un poco mayor que él, yendo de sobrado por la vida los fines de semana y ejerciendo de lunes a viernes de asesor de inversiones o ejecutivo de cuentas".
  • Millonarias multiactivas. "Una señora rica es siempre una mujer con una actividad absolutamente frenética que suele hacer muchas cosas al cabo del día, supeditadas todas a su cita con su entrenador personal o con su peluquero, con su masajista o sus clases de arte".
  • Fashion victims. "Seguir la moda a rajatabla es muy hortera, y todo lo hortera es de muy mal gusto. No se puede ir vestido de Bono, el cantante de U2, si no eres Bono. Y no se puede ir de Norma Duval si nunca se ha sido vedette en el Folies Bergére".

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