Título: Jack Reacher. Director: Christopher McQuarrie. Reparto: Tom Cruise, Rosamund Pike.Cines: As Termas, Centro y Monforte. Calificación: 3/4
JACK Reacher’ parece la creación de un frankenstein cinematográfico para el medio literario. Hombre de pocas palabras pero concisas, expolicía militar de físico imponente, mente privilegiada y atractivo magnético, Reacher es una mezcla de protagonista chandleriano con héroe sin rostro del último western.
Creado por el escritor británico Lee Child, las novelas de Jack Reacher son un ‘bestseller’ de aeropuerto de éxito calculado y masculinidad sudorosa. Parecía cuestión de tiempo que Hollywood pusiese sus ojos en un texto que sienta como un guante para momentos de desafección popular por las élites.
El encargado de defender y protagonizar a este nuevo Philip Marlowe es Tom Cruise, estrella total que no se conforma con meter mano en proyectos personales sino que da la cara, y se la parte, personalizando el éxito o el fracaso de la empresa. No importa que el Jack Reacher literario sea un armario de tres puertas, Cruise lo lleva a su terreno, con una comedia controlada, y propone al espectador que desprecie las comparaciones y aprecie las diferencias.
El proyecto de Cruise es convertirlo en franquicia. La primera entrega tiene un arranque condensado, bien desarrollado y mejor ejecutado, en el que un francotirador mata a cinco personas desde un edificio lejano. La investigación oficial parece un trámite hasta que entra en escena un desconocido con nombre de jugador de béisbol, y su presencia masculina desestabiliza a la abogada encargada del caso.
Jack Reacher es un ‘noir’ domado. Su raíz está en una actitud asilvestrada frente al poder y en una frialdad analítica en los enlaces entre el crimen y las instituciones. En una escena de la película, un grupo de ciudadanos que espera el autobús ayuda al protagonista a ocultarse de la policía después de una persecución. Es el pueblo harto del orden establecido el que echa una mano a un anónimo, sin que este demande auxilio, por el simple hecho de enfrentarse al poder. Pese a que tiene un buen equilibrio en los arquetipos del cine negro, a ‘Jack Reacher’ le faltan grandes dosis de cinismo y le sobra corrección (de la política y de la otra) para convertirse en una franquicia perdurable. Como creemos que esto no acaba aquí, le daremos una segunda oportunidad y entenderemos este primer capítulo como un presentación del personaje al que no se quiere explotar en las primeras páginas.
