EL NUEVO COMUNICADO DE ETA reafirma la tesis de quienes en el País Vasco sostienen que el abandono de la vía terrorista es un proceso irreversible. El fin del terrorismo de Eta es un dato sumamente relevante en la convivencia de este país. Los barómetros del CIS confirman esa misma impresión de proceso irreversible para la opinión pública española: el terrorismo ha desaparecido de las preocupaciones de los españoles. Es tiempo para la política entendida en el objetivo de quedar cerrado definitivamente ese proceso para la paz y de que cicatricen las heridas que deja en las víctimas y en la sociedad vasca y española la violencia criminal.
POLÍTICA CON LOS CIUDADANOS
La interpretación de que es una cesión a la violencia y a la presión en la calle el abandono definitivo de las obras que en Burgos levantaron a los ciudadanos apunta a una concepción del poder y del ejercicio de la política por encima y al margen de los administrados: los electores. Los ciudadanos están en su pleno derecho a expresarse sobre obras que les afectan directamente y sobre la utilización de los recursos públicos disponibles. Ni supone un sistema asambleario ni representa una merma de la autoridad, salvo para quien entienda que los procesos electorales más que un derecho es una renuncia en favor de las clases dirigentes. Pero, en este caso concreto, esa visión de cesión ante la presión representa una alerta preocupante: no hay percepción ni voluntad de dar respuesta a los cambios o estados de opinión que se registran en la sociedad y que reflejan de forma reiterada esos barómetros del CIS. Es imprescindible una práctica política que limpie las sospechas sobre unas habituales prácticas, que fijaron las inversiones públicas y las grandes obras en función de intereses o enriquecimientos privados. En el caso de Burgos parece, desde fuera, que pesó la sospecha sobre las viejas prácticas de mezcla de poderes e intereses.
