IPV mantiene sus proyectos tras el deceso de su director

La sociedad anónima IPV (Investigación y Proyectos de Vehículos Especiales), radicada en la localidad pontenovesa, acaba de sufrir un nuevo revés con el fallecimiento, la madrugada del pasado miércoles, de su presidente, Juan Arsuaga Echeverría, a los 58 años de edad. El deceso conmocionó tanto a los 30 empleados de la fábrica como a la directiva, uno de cuyos miembros, Agustín Rodríguez, adelantó ayer que continuarán «con el proyecto acordado con la Consellería de Industria de cara a la fusión prevista con la entidad Equipamientos Europeos, un convenio que se firmará en breve», sentenció.

Precisamente, estos acuerdos en los que se volcó el empresario, sirvieron fundamentalmente para salvar la fábrica, que atravesaba dificultades con la actual coyuntura de crisis económica. De esta forma, IPV pasará a ampliar su capital social en dos millones de euros, procedentes de uno de sus socios principales, Equipamientos Europeos 2005 S.A., que detenta el 53% del capital de la fábrica pontenovesa y que también presidía el propio Arsuaga.

Dicha ampliación se hizo posible «gracias al préstamo participativo que XesGalicia (entidad autonómica) le otorgará a esta compañía y que servirá para dar estabilidad financiera a IPV, permitiéndole mantener sus actuales 30 puestos de trabajo y el cumplimiento de sus compromisos económicos». Así lo explicó el empresario en la visita que el conselleiro de Industria, Javier Guerra, realizó a la fábrica el pasado 23 de marzo, en la que precisó que el préstamo acordado para la fusión de ambas entidades asciende a 2,5 millones de euros.

Los trabajadores de IPV rezaron, el pasado jueves en la factoría, un Padre Nuestro en memoria de su jefe, al que asistió un buen número de exempleados y amigos. Por el momento, como indicó ayer uno de sus socios, no habrá un sustituto para el puesto que Juan Arsuaga deja vacante en la entidad, cuyo devenir guiarán tanto Antonio José Bouza, como el mencionado Agustín Rodríguez, que definió al empresario como una persona «irremplazable, insustituible, de gran fuerza y optimismo».

Trayectoria

Arsuaga Echeverría era también cónsul de Mongolia y residió en Ribadeo el último lustro

Juan Arsuaga Echevarría,hijo de la baronesa de Moncley, era también cónsul de Mongolia, si bien su principal socio en IPV, Agustín Rodríguez, señala que le conoció cuando «era director general de una compañía pública de promoción comercial exterior en Colombia, donde residió aproximadamente cinco años». Un lustro duró también su residencia en Ribadeo, adonde recaló desde que asumió las riendas de la factoría pontenovesa.

«Fue primero su hermano José Pío el que tomó participación en la empresa -señala Rodríguez- y más tarde fue él quien asumió dicha participación, viniéndose a vivir a la zona para volcarse con el proyecto, puesto que el devenir de los acontecimientos así lo requería». Y es que IPV superó en 2008 un concurso de acreedores.

Destaca asimismo al empresario donostiarra como «un reputado especialista en comercio internacional» y no en balde, esa experiencia en la materia hizo posible «consolidar un proyecto para IPV, ya que se fusionará pronto con Equipamientos Europeos», como pudo ratificar el propio Rodríguez en una visita realizada ayer a las dependencias de la Consellería de Industria en San Caetano.

El próximo viernes, a las 18.30 horas, se oficiará una misa en su memoria en Ribadeo y está previsto que en breve se descubra una placa conmemorativa en la propia fábrica pontenovesa.

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