Intocable

HACE un par de meses, una columna de Rosa Montero para el diario El País titulada ‘El negro’, y escrita en el lejano 2005, tuvo un efecto viral que le aupó al primer puesto de esos listas de noticias más leídas de los periódicos.

La columna era una historia -vivida por un tercero, según la escritora- que conjugaba ciertos elementos susceptibles de ser reenviados con pasión por sus lectores y destilaba una condescendencia eurocéntrica con los inmigrantes que sacaba los colores aunque ese no fuese su objeto.

Una historia tan bonita como falsa, que se destapó como un mito urbano del buenrollismo, con diferentes matices dependiendo de quién se la apropiase.

‘Intocable’ es uno de esos fenómenos cinematográficos que desbordaron las salas de cine y se expandieron por toda Francia con efectos víricos. Es el ejemplo perfecto para un curso acelerado de cómo fabricar un éxito tocando muchos palos sensibles pero sin molestar a nadie.

Historia real, antagonismos de raza, expositores de nobleza de las clases bajas y miserias de las clases altas... Todo envuelto en una comedia para todos los públicos en la que sólo caben las bromas, perfectamente controladas y de brochazo, sobre el choque entre la alta y la baja cultura.

En ‘Intocable’, un inmigrante que vive del subsidio (Omar Sy) entra a trabajar como asistente de un tetrapléjico millonario y de educación exquisita (François Cluzet). El antagonismo clásico de las buddy movies llevado al paroxismo con una historia de amistad entre clases.

La película está hilvanada con escenas sobre el choque cultural que se produce dentro de una comunidad. Un desconocimiento absoluto de la otra cultura que está a escasos barrios.

Este crítico encuentra serios problemas en el objeto del chiste (para que nos entendamos, una ópera vista por un profano; el mercado del arte a ojos de uno que pasaba por allí; clásicos populares de Vivaldi y Bach atribuidos a publicidad en televisión) y en las lagunas sin explorar de un guión al que se le suponían otros enfrentamientos tabú.

En realidad, no existen conflictos de clase ni de educación ni de discapacidad motriz. Es un chiste constante sobre el esnobismo de un rico puesto en el espejo de la inocencia, y endulzado con una historia de amor obligada a un final feliz.

‘Intocable’ es un pastel que, si se acorta y se pule un poco, puede acabar como el mito urbano que se apropió Rosa Montero.

Título: Intouchables. Director: Olivier Nakache, Eric Toledano. Reparto: François Cluzet, Omar Sy, Anne Le Ny. Cines: As Termas. Calificación: 1 / 4

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