Inoportuno relax

Con menos probabilidades que otros amenazados, el CD Lugo también corre el riesgo de descender si mañana, en su partido a cara de perro frente al Mirandés, algo se tuerce. Y en fútbol, como juego que es, todo puede suceder, y más si la diosa fortuna no ayuda. No pretendo ser aguafiestas, sino advertir sobre la adopción de cautelas para no tener que lamentar una situación que hace cuatro o cinco jornadas casi nadie sospechaba. El inoportuno relax por lo que parecía un objetivo alcanzado, la salvación, pudo haber mermado la codicia que impidiese bajar la guardia y rematar la jugada. La hipotética posibilidad de jugar la fase de ascenso distrajo, quizá en exceso, la que sobre todo debiera ser preocupación de asegurar la permanencia para no tener que pasar apuros y esta inesperada e incómoda incertidumbre. Sería muy de lamentar un desplome que malogre un proyecto tan bien concebido y plasmado; no restaría mérito a la excelente campaña, cuya posibilidad de culminar con éxito depende del acierto de mañana, pero no sería lo mismo.

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