Inhabilitan 5 años y multan con 11,8 millones a un exadministrador de Alfageme

El Juzgado de lo Mercantil número 3 de Vigo ha condenado a cinco años de inhabilitación para administrar bienes ajenos y para representar o administrar a cualquier persona, y a una indemnización de 11,8 millones de euros, a uno de los exadministradores de la conservera Alfageme, Gustavo Lago.

Asimismo, la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, inhabilita a las empresas Arkiterra, Cobreiro y Oremor Inversiones, con representación en el consejo de administración de Alfageme, y les impone una indemnización de 6,6 millones a los acreedores de la empresa.

El juez considera tanto a Gustavo Lago como a las citadas empresas responsables de la situación que derivó en el concurso de acreedores, y absuelve a los otros dos acusados, Juan Lago -padre de Gustavo- y José Álvarez Piñeiro.

En este caso, Fiscalía y acusación, de la que formó parte también el sindicato CIG, coincidían en pedir la inhabilitación de cada uno de los encausados durante diez años y cifraban en 11 millones la indemnización por daños y perjuicios a pagar por ellos y por la empresa de la construcción Promalar, que adquirió Alfageme en 2006.

Por su parte, la Fiscalía solicitaba, adicionalmente, indemnizar a los trabajadores de la conservera con seis millones de euros y la pérdida de derechos que los acusados tuvieran como acreedores.

Los administradores del concurso de acreedores pedían, por su parte, una indemnización de dos millones de euros para Gustavo Lago y otros 42,5 a repartir de forma subsidiaria entre las tres personas físicas acusadas y otras tres jurídicas: Akitena, Cobreiro y Oremor.

El juez estima en su fallo que Gustavo Lago, administrador único de Alfageme hasta marzo de 2009, contribuyó a "agravar la insolvencia" de la empresa al destinar a Promalar 11,8 millones de un total de 35 que la conservera había ingresado de un crédito sindicado gestionado por el Instituto Gallego de Promoción Económica (Igape).

En el juicio, la defensa de los acusados alegó que la situación que derivó en el concurso fue fortuita y se apoyó en el testimonio de varios asesores del bufete Garrigues, de empleados de la administración de la compañía y de peritos, para tratar de demostrar que el concurso fue inevitable al interrumpirse la financiación por parte de los bancos y del Igape.

Juan Lago manifestó durante la vista que Caixanova le propuso al grupo empresarial de su familia la compra de Alfageme y que junto al Igape llegó a un acuerdo para recibir financiación hasta los 50 millones de euros, y así dotar a la conservera de liquidez.

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