Ingresan dos residentes de As Gándaras por legionela

Sanidade ya aplicó el producto desinfectante ante el nuevo brote
Residencia de As Gándaras
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Un nuevo brote de legionela en la residencia de As Gándaras, un centro público dependiente de la Consellería de Política Social, provocó este martes la hospitalización en el Hula de dos de sus residentes e impidió que el resto pudieran acceder en todo el día a sus habitaciones. El centro vivió hace dos años una situación similar y, en aquella ocasión, la infección propició el ingreso hospitalario de ocho de sus residentes, alguno en la Uci, y tardó dos meses en darse por controlada.

Los técnicos de Sanidade acudieron a la residencia por la mañana para iniciar el protocolo para estos casos, localizar el foco y aplicar el producto desinfectante, que debe permanecer varias horas actuando. Por ese motivo, los residentes tuvieron que permanecer en la planta baja sin subir a las habitaciones ni hacer uso del agua caliente, ya que la bacteria se transmite a través del vapor de agua.

Los dos pacientes hospitalizados se encontraban estables. Según pudo saber este diario se trata de un hombre y una mujer y el hombre acudió por propia iniciativa recientemente al hospital al encontrarse mal. Fue en una segunda visita cuando quedó ingresado y se le diagnosticó la infección por legionela. Sanidade confirmó que dos residentes ingresaron en el Hula por ese motivo, aunque en el centro ya circulaba en la tarde de ayer el rumor de que había, por lo menos, otro residente más afectado.

La detección del nuevo brote se produce en el momento en el que se hacían obras en el centro para cambiar todas las tuberías. Los operarios ya habían acabado de reponerlas en el centro de día y se encontraban trabajando en la zona de la residencia. Llevaban al menos 15 días trabajando planta por planta.

El brote de hace dos años en As Gándaras también se registró en el mes de noviembre. Coincidió entonces con otro en una residencia privada de Guntín y la presencia de dos infecciones simultáneas se atribuyó al otoño caluroso. Las temperaturas altas durante los meses de septiembre y octubre aumentaron también la del agua y favorecieron la multiplicación de la bacteria, que encuentra su hábitat ideal a partir de los 30 grados. Coindentemente, este año también septiembre y octubre fueron meses calurosos.

La bacteria puede permanecer latente en unas instalaciones, pero al cambiar las condiciones en las que se encuentra aumenta su capacidad de infección.

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