La empresa vasca Ingemarga, radicada en Guitiriz (Lugo) y dedicada al serrado de piedra, presentará a los sindicatos y al comité de empresa un expediente de regulación de empleo de 43 trabajadores el próximo jueves día 19.
El responsable del sector del metal de la UGT, Carlos García, consideró que estas "amenazas" se van a concretar, sobre todo luego de que se despidiese a 30 trabajadores por no aceptar la jornada laboral de lunes a domingo, que es lo mismo que mantiene la empresa frente al turno de lunes a viernes que reclaman desde la UGT y la CIG.
Para este martes está convocada una asamblea para los 163 trabajadores de la firma, en la que se abordará la desconvocatoria de los paros durante los fines de semana que se han reanudado o seguir con los mismos.
En todo caso, García ve "bastante difícil" que dé marcha atrás con el expediente Ingemarga, empresa a la que acusa de enfrentar a los trabajadores con los despedidos en su día. Sobre los resultados de la asamblea, advirtió de que "la amenaza de una regulación de empleo que puede afectar a cualquiera, pesa sobre los trabajadores a la hora de tomar una decisión". También dejó claro que en ningún caso se va a dejar "al margen de la situación" a los 30 trabajadores que fueron despedidos".
La huelga del fin de semana fue secundada por el cien por cien de la plantilla, por lo que no hubo ningún tipo de actividad en la empresa.
Que se marchen
Por otro lado, un grupo de empleados de Ingemarga ha pedido mediante un escrito a los representantes de la CIG y la UGT que dejen la batalla emprendida contra la empresa, después de que los delegados sindicales se negasen a firmar un acuerdo de la asamblea de trabajadores para desconvocar la huelga indefinida durante los fines de semana y en los días festivos. El acuerdo fue aprobado por 69 de los 104 votos emitidos.
A su juicio, si ambas centrales no ratifican el acuerdo de la asamblea de trabajadores, que adoptó esta decisión después de una "votación totalmente legal y secreta", la empresa podría despedir "a otras 43 personas" mediante una regulación de empleo provocada por el descenso de productividad de la fábrica.
"Lo único que queremos es trabajar y conservar nuestro empleo, pero todas nuestras súplicas han caído en saco roto", afirman los trabajadores en ese escrito. A su juicio, la gestión que han hecho ambos sindicatos de este conflicto laboral no ha sido "mala, sino pésima", porque "han asesorado mal" a los operarios de la sección de sierras, lo que ha provocado que 30 de ellos fuesen despedidos, "sin derecho a ningún tipo de indemnización ni a los salarios de tramitación".
Afirman, además, que la huelga "no ha contado en ningún momento con el apoyo de los trabajadores de Ingemarga, ni con el resto de los miembros del comité de empresa", representantes del sindicato USO. En su opinión, no se puede hablar de éxito en las movilizaciones cuando "los trabajadores que no la secundan están amenazados", ellos y sus familias, con "pintadas en sus casas o en la carretera".
