AUNQUE LAS conclusiones del informe Trevor-Roper son proclives a determinar que Hitler y Braun se suicidan, su seguridad no llega ser absoluta. Así se hará patente muchos años después, cuando el informe Trevor-Roper sirva para elaborar el guión de la película ‘El hundimiento’, que participa también de los testimonios de su última secretaria personal, Traudl Junge o Traudl Humps, y de las investigaciones de Joaquim Fest. Y aunque la mujer no duda de su muerte, la película acaba por admitir todas las hipótesis. El propio Trevor afirma que «al igual que Alarico, enterrado bajo el lecho de Busento, el moderno destructor de la humanidad tuvo la satisfacción de que sus restos no fueran encontrados».
De ahí proviene la ausencia de planos del cadáver de Hitler en la citada película de Oliver Hirschebiegel, que provocan el escándalo de Wim Wenders y de otros que desean posar sus ojos sobre el certificado cinematográfico de su defunción. Pero no, no había cadáver.
Cuando se estrena la película se destapan recuerdos y alguien dice saber que Franco le ha ofrecido acogida en un monasterio español y que el final de ‘El hundimiento’ es el principio de una historia desconocida.
Las especulaciones se desatan y entremezclan con los nuevos descubrimientos. El capitán Peter Balmargt afirma haber volado con Hitler y Eva Braun de Berlín a Dinamarca. Martin Bormann no muere en Berlín, sino que huye a la URSS, país del que era doble espía. El canciller es buscado en los bosques de Heidelberg. El 90 por ciento de los berlineses creen en julio de 1945 que Hitler no se ha suicidado. Investigadores actuales contemplan la posibilidad de que Eva Braun haya tenido dos hijos de Hitler, nacidos en los años 38 y 41 respectivamente, y que habrían sido cuidados por una destacada familia española antes de irse a vivir a Suiza en los años 60. Un ingeniero alemán residente en Lugo al año en 1947, Werher Meyer, es la primera persona en España que afirma haber visto un ovni. Abel Basti, periodista argentino autor de ‘El exilio de Hitler’, describe su vida en aquel país tras haber pasado una temporada en España. El avión que saca a Hitler de Berlín aterriza en Dinamarca, en Barcelona, en Santander, en Lugo... Franco se ha comprometido para esconder al Führer en un monasterio español.
