Las nueve tiendas con personal con discapacidad facturaron 5,3 millones en 2015

Inditex también tiene su CSI del textil

El grupo de Arteixo trabaja con una red de 28 laboratorios encargados de verificar que los tejidos y materiales cumplen las normas sanitarias
Una treintena de laboratorios controlan las prendas
photo_camera Una treintena de laboratorios controlan las prendas

Vender moda a precios asequibles aplicando el máximo celo a la hora de velar por la seguridad, la salud y el respeto al medioambiente es una de las máximas que han llevado a Inditex a dotarse de una red de 28 laboratorios externos encargados de comprobar que prendas y calzado se ajusten a unos estándares estrictos de calidad. Su cometido es velar por que los 1.627 proveedores del gigante de Arteixo –que suman 5.000 instalaciones dedicadas a la tintura, lavado, estampación y confección dispersas por el mundo– respeten las prohibiciones y los límites establecidos en el uso de determinadas sustancias como las arilaminas, el formaldehido o los metales pesados en la confección de las 55.000 referencias que cada año diseña la multinacional.

"Uno de los elementos singulares de la empresa es que combina las grandes cifras de venta con la atención específica a cada prenda", remarcó este martes el presidente, Pablo Isla, en una visita a la sede organizada con carácter previo a la presentación de resultados de 2015.

El control es severo para garantizar que los artículos se ajustan a la legislación sanitaria de los 88 países en los que Inditex vende sus creaciones y se plasma en las 40.000 visitas anuales de técnicos a las fábricas para controlar el producto y en los cerca de 700.000 análisis que se ejecutan utilizando técnicas propias de "un forense". "Todos los proveedores tienen la obligación de cumplir nuestras políticas", recalca Héctor Alonso, del área de seguridad y salud de Inditex, quien explica que el grupo tiene por norma dejar de trabajar con aquellos que reinciden en las malas praxis y no se atienen al código que la firma ha diseñado haciendo suyas las normas más exigentes de las legislaciones de cada país.

El grupo llega a bloquear la salida al mercado de alrededor del 1% de los 50.000 modelos que produce al año

Nada escapa a la lupa de los técnicos visto que en la producción de una prenda pueden intervenir hasta seis países. Por ejemplo, el algodón de una camiseta puede venir de Egipto; los colorantes, de Alemania y Suiza; la estampación se realiza en Turquía, y las cremalleras se importan de China hasta el taller de Marruecos encargado de su confección.

Bajo la batuta del catedrático de Química Orgánica de la USC Javier Sardina, uno de los laboratorios que trabajan con Inditex es SGS, ubicado en el polígono de Pocomaco. Sus 29 empleados se ocupan de controlar producciones de proximidad, esto es, principalmente de talleres portugueses. Desde la composición de los hilos, hasta el análisis químico de los colorantes, pasando por el desgaste de las prendas y la formación de las tan antiestéticas bolas que aparecen en la ropa de punto hasta la reacción de las tinturas al agua, la saliva o el sudor, todo se estudia a conciencia.

Fruto de esta labor, en la que incluso se contempla extender los test de ADN y el análisis de cadenas péptidas para identificar que las fibras que componen un tejido se corresponden con lo que dice la etiqueta, el grupo llega a bloquear la salida al mercado de alrededor del 1% de los 50.000 modelos que produce al año. En el 80% de los casos, basta con un lavado. El 20% restante suele ser objeto de la sustitución del elemento problemático, esto es, una cremallera o un forro, de manera que solo un tercio de los artículos se destruye.

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