Incómodo e imprescindible

LA compra de The Washington Post por Jeff Bezos, dueño de Amazon, representa una señal de cambio en la prensa de papel y un indicador de confianza en el futuro de los periódicos de pago. The Washington Post es una referencia histórica del periodismo independiente y del buen ejemplo de la tarea que la prensa ha de desempeñar frente al poder. El caso Watergate por sí solo justifica la existencia de un periódico, del contrapoder, frente a un presidente embustero y tramposo. La legendaria editora Katharine Graham, que quiso y supo resistir las presiones del presidente de Estados Unidos y que compartía con su Redacción la primacía de la noticia sobre cualquier otro interés, es igualmente una referencia para la profesión periodística y para cuantos aman la libertad como valor supremo. La opción inversora del dueño de Amazon por un periódico de referencia queremos verla como una señal de confianza en el futuro de un sector en profunda crisis y que por su propio interés -empresarial y de empleo- ha de acometer transformaciones profundas, acordes en su dimensión y radicalidad a los cambios tecnológicos y sociales de la época. Será necesario, como señala al personal de The Washington Post su nuevo propietario, experimentar, porque la fórmula no está descubierta todavía. Experimentar desde la pasión por la información y la independencia frente a cualquier poder, que busca apropiarse de todos los ámbitos de la sociedad. Incluso, frente a los poderes legítimamente establecidos que, con demasiada frecuencia, pretenden justificar sus arbitrariedades, sus personales beneficios bajo el paraguas del servicio público, el interés nacional o la estabilidad. El papel de informar, analizar y dar claves interpretativas ha de hacerse desde el rigor y la profesionalidad, que implican trabajo y tiempo. Por tanto, no sale gratis.

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