La provincia de Lugo vivió de cerca en la madrugada de ayer el drama de los incendios al arder montes de A Fonsagrada y Palas de Rei. El fuego llegó a acercarse a un centenar de metros de las casas, aunque no dejó daños personales ni afectó a ningún inmueble. La de ayer fue, en general, otra jornada aciaga en la comunidad gallega y, al cierre de esta edición, seguía en activo el gran incendio originado en el concello pontevedrés de Ponte Caldelas en la noche del miércoles, con un saldo provisional de 600 hectáreas afectadas.
El primero de los fuegos registrados en la provincia lucense, en la parroquia palense de Orosa, ya se inició en la noche del martes, sobre las 21.00 horas, aunque no pudo ser sofocado hasta las cinco de la madrugada. Se llegaron a vivir escenas de tensión al acercarse las llamas a las viviendas en el núcleo de Orosa y en Madanela, ya en Melide, obligando a abrir cortafuegos para frenar su avance.
