EL PROCESO QUE SIGUE la política europea frente a la crisis financiera es un test negativo sobre la capacidad de afrontar una situación que, a estas alturas, ya no es una sorpresa para nadie. La reunión urgente de los responsables de Economía ayer en Bruselas es una demostración: convocados de urgencia y mientras el comportamiento de las bolsas merecía el calificativo de jornada negra, los ministros no se ponen de acuerdo y terminan la reunión sin conclusiones. Si la cumbre convocada por Van Rompuy fuese un «gabinete de guerra», como titulaba Expresso, la responsabilidad impediría que terminase así: sin decisión. La pregunta es si estamos en un callejón sin salida o ante la incapacidad de quienes conducen el vehículo europeo. El viernes se conocerán los tests de resistencia bancaria, en el que pueden suspender, según adelantan las propias autoridades económicas, bancos y cajas de España, Italia y Alemania. Mientras esperamos la llegada de ese viernes, algunos medios internacionales van dando cuente de cómo sube el porcentaje de riesgo de bancarrota de algunos países. Como Portugal o España. Y mientras esos dirigentes políticos temen y se guían por los llamados mercados, no dan respuesta a los ciudadanos sobre «¿quiénes son estos famosos mercados que nos llevan de un lado a otro, a merced de su especulación?», como se pregunta Jean-Marie Colombani, exdirector de Le Monde.
CAMBIOS
El nombramiento del ministro de Fomento como portavoz del Gobierno es una expresión de coherencia en la etapa final de Rodríguez Zapatero en el Gobierno. Antonio Camacho en Interior es dar continuidad a la tarea desarrollada por el candidato socialista Pérez Rubalcaba. La fecha electoral dependerá de cómo evolucione el 'lunes negro' de ayer.
