Imaginar Lugo sin gente

LA PROVINCIA DE LUGO registra una acelerada pérdida de población y envejecimiento de la que permanece. El despoblamiento es la consecuencia del problema: la carencia de perspectivas económicas. Las conferencias organizadas ayer por la Diputación suponen poner el problema encima de la mesa. El remedio sólo vendrá por la generación de riqueza y, como consecuencia, el empleo. No va a ser por la vía de parches políticos para rentabilidades inmediatas. Ni por la de multiplicar más papel con el epígrafe de «planes estratégicos», que poco o nada novedoso y transformador aportaron hasta la fecha.

SUSPENSIÓN

Presentado el recurso por el Gobierno, la suspensión por el TC del catálogo de medicamentos gallego entraba en lo previsible. Los dos argumentos, discriminación para los gallegos y para los visitantes, continúan sin ser válidos por las garantías al paciente. En la política, aunque arrecie el antiautonomismo, es retroceso del Gobierno. El aplauso de Farmaindustria indica a quien beneficia el recurso. La realidad jurídica la dirá el TC. La decisión del Gobierno no encaja en el imprescindible ahorro en la sanidad pública.

SECTARIO

Está desbordada de sectarismo cutre la política. Reivindicar una caja gallega, ahorro en el gasto de medicamentos, que critican la industria y las comercializadoras, y defender la mejor financiación para Galicia no es sectarismo. Podría ser, en todo caso, «oportunismo» por cuestión de calendario político. Tampoco es Gaspar Zarrías, precisamente, el político más apropiado para acusar a nadie, en este caso fue al presidente de la Xunta, de sectario.

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