Mama mía, imágenes que devuelven a la vida

La fotógrafa coruñesa Álex F. Romero expone, desde este jueves, 44 retratos de pacientes con cáncer de mama en el Museo Provincial de Lugo ► La muestra Mama Mía, que se podrá ver hasta el 30 de noviembre, pretende hacer visibles las secuelas corporales de este tumor
Álex F. Romero posa con uno de los retratos de la exposición
photo_camera Álex F. Romero posa con uno de los retratos de la exposición

Álex F. Romero no busca retratar una cara o un cuerpo en una fotografía. Busca proyectar lo que esa cara o ese cuerpo dice a la cámara en un retrato. Así define su trabajo esta fotógrafa coruñesa cuyo nombre artístico es Álex pero a la que todos llaman Sandra.

La autora de los 44 retratos de pacientes con cáncer de mama —recogidos en la muestra Mama Mía. Outras Miradas ao Cancro de Mama— no vive de la fotografía sino que se dedica a llevar las finanzas de una empresa. Sin embargo, se enamoró de la cámara a los 8 años cuando le regalaron una Polaroid que hacía fotos instantáneas. Desde entonces, "voy persiguiendo momentos con la cámara", dice.

Álex F. Romero se dedica a llevar las finanzas de una empresa y la fotografía es solo una afición que tiene desde niña 



Y así fue. Álex decidió —después de dos años de un diagnóstico de cáncer de mama— coger su cámara y retratar lo que sentían otras personas que —como ella misma— sobrellevaban esta enfermedad, con todas sus secuelas. 

"Todo empezó cuando una amiga me propuso hacerme una sesión fotográfica. Me negué rotundamente y le dije: "¡Si parezco una alienígena!". Pero comencé a pensar más seriamente en la idea y vi que dejarse retratar podría ser una forma de enfrentar la enfermedad y se me ocurrió si sería capaz de hacer lo mismo con otras personas para que ellas también pasasen por este proceso de aceptación y recuperación de la autoestima", afirma.

El proyecto nació con el fin de contribuir al proceso de aceptación y recuperación de autoestima de estos enfermos



Tras preparar un cartel buscando voluntarios en la consulta médica a la que iba, Álex se encontró con 30 pacientes, de las que fueron seleccionadas 20. "Muchos sentían miedo y vergüenza tanto por dejarse fotografiar desnudos como por tener luego que enseñar sus cuerpos en una exposición pero todos se decidieron a hacerlo para ayudar a los demás a aceptarse a sí mismos, con sus secuelas y cicatrices", cuenta Álex.

A través de este proyecto —que pretende ahora exportar al resto de España con diversas exposiciones— Álex descubrió "el poder terapéutico de las fotos". "Había una persona que pasó siete meses sin mirarse en el espejo. Cuando vio mi retrato, lo colgó en su muro en Facebook. Había vencido su complejo y fue maravilloso porque cuando eres capaz de verte, reconocerte y aceptarte ya tienes un largo camino recorrido en esta enfermedad", afirma la fotógrafa.

Una de las modelos logró vencer sus complejos y colgó su retrato en Facebook tras siete meses sin mirarse en el espejo



A Álex le sobraron motivos para esta iniciativa pero se centró, fundamentalmente, en dos: "Reivindicar la belleza y la normalidad porque todavía la gente se vuelve cuando ve a una mujer calva o con pañoleta", dice esta fotógrafa, que insiste, por otra parte, en que la femineidad "no depende de tener una teta o dos".

Álex vivió su propia historia con el cáncer a través de las otras historias que descubría detrás de cada rostro. Ahora, ya de vuelta de la enfermedad, es capaz de decir: "Soy una versión mejorada de mí misma" y añade que el cáncer la hizo ser más consciente de que está viva y, sobre todo, de la temporalidad de la vida.

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