Igual exigencia para todos

«Discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ellos» es la prudencia como virtud, según la RAE. Es razonable pedirla a los conductores que transiten por la A-8 entre A Xesta y Lindín, ese tramo cuestionado nada más abrirse al tráfico, ya antes del triste accidente en cadena que costó la vida a una persona el sábado. Es razonable también esperar prudente discernimiento de técnicos y políticos que deciden y ejecutan para crear modernas y eficaces infraestructuras con recursos de todos. Lo que ya no parece lógico es trasladar a la responsabilidad de los usuarios los posibles fallos de discernimiento técnico entre lo bueno y lo malo que se haya podido registrar en la elección y la construcción de ese tramo. Si la capacidad de lograr el efecto que técnicamente sería esperable y justificable no se produce, no se podrá hablar de eficacia en la ejecución de la obra. ¿Se traslada la responsabilidad a los conductores sin admitir ni un mínimo atisbo de que quizás no haya sido la mejor elección y ejecución? Cabe sospechar que será así en una deducción lógica de la falta de unanimidad de PP, PSOE y BNG ayer en la Diputación de Lugo para una moción, de retórica política, sobre la seguridad en el tramo Abadín-Mondoñedo de la A-8. Cuando se dice retórica se entiende que el único logro posible es de márketing. ¿Qué lleva a abstenerse al grupo que preside Gómez Besteiro, líder de los socialistas gallegos, en la moción de sus socios nacionalistas de gobierno? ¿Sería la referencia «a posibles fallos constructivos ou de trazado ou eivas na sinalización»? Salvo si nos la cogemos con papel de fumar, para decirlo con el viejo lenguaje popular, no cuestiona a cargo político alguno. Toca a PSOE y PP. Para corregir, que es lo que importa, hay que detectar los fallos. Los hay. Las decisiones técnicas no se atribuyen en principio a los políticos, las elaboran, deciden y firman profesionales.

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