nació en San Sebastián, pero hace varios años que reside en la parroquia de Cela, en Outeiro de Rei, donde tiene su taller de artesanía. Se licenció en Biología y sus investigaciones sobre la naturaleza le permitieron llegar al mundo de la cestería. Esta artesana de vanguardia asegura que la peculiaridad de sus diseños radica en que combina técnicas tradicionales con nuevos métodos y materiales, lo que le da a sus cestos y al resto de productos un nuevo enfoque y usos. Imparte múltiples cursos en los que incide en las múltiples aplicaciones que tiene la cestería y pertenece a la asociación Obradoiros Artesáns da Terra Chá.
¿Como llegó al mundo de la artesanía, y en concreto, al de la cestería?
Heredé de mi abuelo unos cestos de paja llamados ‘escriños’, cosidos en espiral con tireta de mimbre que utilizaba como colmenas, con lo cual pienso que algo queda en los genes. Sin embargo, creo que fue al llegar a Galicia cuando descubrí mi verdadera vocación al conocer a una creadora textil de tapices. Luego tuve la suerte de poder formarme en el Centro de Artesanía e Deseño de Lugo para obtener las dos cartas de artesana como tejedora y como cestera.
¿Existe alguna vinculación entre la biología y la artesanía?
Entre biología y cestería, sí. Yo ya la he encontrado al realizar la investigación de las especies vegetales que se pueden utilizar para la cestería. Además, todos los ciclos biológicos de las plantas determinan la época de plantación, poda o recolección.
Su taller está ubicado en Cela, en Outeiro de Rei. ¿Por qué eligió este municipio para afincarse una mujer nativa del País Vasco?
Fue hace doce años, en un curso de cestería de paja que impartía la que hoy es mi vecina. Me enseñó una casa que se vendía y que me pareció perfecta para...
