Una mesa redonda reunió este viernes en Becerreá a dos historiadores, un arquitecto, un ingeniero de caminos y un edafólogo para analizar los valores del puente de Cruzul. Coincidieron en que esta construcción merece ser declarada Bien de Interés Cultural (BIC), como ha solicitado el Ayuntamiento de Becerreá, tanto desde el punto de vista arquitectónico como por su vertiente artística y su integración con el entorno natural.
El acto, que fue moderado por el etnógrafo Fernando Arribas Arias, fue inaugurado por el alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, y el vicepresidente de la Diputación, Antón Bao, que destacaron la apuesta de ambas instituciones por conseguir la distinción para el puente.
El ingeniero de Caminos Manuel Durán Fuentes destacó la calidad compositiva y constructiva del puente de Cruzul y lo definió como la primera obra moderna de la provincia de Lugo.
El arquitecto Xosé Anxo Carreira Montes coincidió en esta apreciación y puso la construcción como ejemplo de unión entre arquitectura e ingeniería civil.
Su interacción con el paisaje fue destacada por Roxelio Pérez Moreira, edafólogo, quien subrayó el valor natural del encinal que rodea el puente.
La historiadora Ana Goy Diz recordó su singularidad como parte del camino real en tiempos de Carlos III y Adolfo de Abel Vilela repasó la historia de tradición oral sobre el puente y recordó el paso por él de personajes famosos como Francisco de Asís o Isabel II, entre otros.
Único ejemplo del Neoclásico en Lugo
El puente de Cruzul es una obra de ingeniería civil de la Ilustración, el único ejemplo del Neoclásico en la provincia de Lugo. Se atribuye a Carlos Lemaur, autor también del pazo de Raxoi y la reforma de la capilla mayor de la catedral de Lugo.
Está situado en el kilómetro 465 de la antigua N-VI y fue construido a finales del siglo XVIII, bajo los mandatos de Carlos III y su hijo Carlos IV. Su estructura se compone de tres arcos de medio punto. Tiene 93 metros de largo, algo más de 29 de alto y un ancho de ocho.
Algunas fuentes aseguran que fue volado en la Guerra de la Independencia para obstaculizar el paso de las tropas francesas, pero historiadores como Abel Vilela atribuyen este episodio a una leyenda.
