Her

EL PASADO es solo una historia que nos contamos a nosotros mismos». Esta frase se la dice el sistema operativo llamado Samantha a Theodore, un escritor de cartas -un suplantador, en realidad- que atraviesa la borrasca de una separación con la mujer de su vida. Samantha hace trampas gordísimas para ganarse el corazón de Theodore: le lee el correo, conoce hasta el último detalle de su trabajo y le da consejos para pasar las fases que se le atragantan en su videojuego favorito. Más o menos lo que hace Google pero anticipándose a las preguntas y con la voz de Scarlett Johansson. Samantha es la novia perfecta de Theodore, con una inseguridad que la hace próxima -no tiene cuerpo- y la sabiduría de alguien que conoce hasta el último rincón de tu ordenador, o sea, de tu cerebro.

‘Her’ no es una película de ciencia ficción aunque lo parezca con una lectura rápida de su argumento. El futuro ocurre en un pasado mañana. A Spike Jonze no le hace falta explicar cómo funciona el sistema operativo, ni subrayar la conexión permanente entre hombre y máquina. Tampoco nos sorprende demasiado la primera vez que escuchamos las capacidades de la inteligencia artificial de Samantha. Desde el momento en que Theodore elige la voz femenina para su interfaz está definiendo su propia personalidad, de la misma forma que usted elige el fondo de pantalla de su smartphone, que ya es más que un teléfono y se ha convertido en su apéndice.

Pero lo que atormenta a Samantha es el pasado de Theodore: esa felicidad que él recuerda al lado de su ya exmujer. Y en esas conversaciones que mantienen los dos hasta la madrugada, Samantha le suelta la frasecita para que rompa con esos recuerdos porque le quiere hacer ver que son falsos, idealizados por su cabeza de abandonado. Seguramente lo dice mientras repasa las carpetas donde Theodore guarda las fotos de los viajes a la playa, las escapadas de fin de semana y algún que otro momento íntimo. Theodore y Samantha comparten una cosa: los dos sacan provecho de la información reservada de las personas para tocar su fibra sensible. El sistema operativo hurgando en el ordenador y el escritor de cartas en informes detallados que le prepara la familia.

Spike Jonze entiende la relación romántica como una construcción social, y por lo tanto conflictiva. ‘Her’ es todo lo sugerente que el espectador quiera, y está directamente ligado a la relación que usted tenga con sus apéndices electrónicos o humanos. Y en la historia que nos contamos a nosotros mismos habrá siempre una compañía, electrónica o humana.