Alfonso Segade, uno de los responsables de Enfoscadora Gallega, la empresa que hacía las obras en el solar donde apareció el cadáver de segunda Rodríguez, aún no salía de su asombro ayer por la tarde: «Tenemos un disgusto muy importante, porque no nos explicamos cómo pudo ir a para allí», declaraba a este diario.
Según comentó Segade, «lo único que sé es lo que me dijo la Policía. La valla en la zona donde apareció no llegaba hasta el suelo, pero es que esa zona casi no se puede considerar ni obra. Hay una valla perimetral de dos metros de altura por toda la obra y nunca ha habido ningún problema. De hecho, los propios policías nos han dicho que nunca habían visto una obra tan bien vallada».
Casualidad
El área donde apareció la anciana está en la parte baja y está llena de matorrales, porque «ni siquiera estaba previsto trabajar allí. No había nadie en la obra desde el 23 de diciembre, y ayer enviamos a un operario a por un martillo, no a trabajar. Dio la casualidad de que bajó hasta esa zona, donde encontró el cuerpo. Fue por casualidad», detalló este empresario.
La única hipótesis que se maneja de momento es que la anciana hubiese caído por el terraplén en el que finaliza un camino externo que bordea la obra y que o bien se hubiese arrastrado hacia dentro de la obra por debajo de valla o bien hubiese rodado directamente tras caer entre los matorrales.
