El asedio a la casa quemada parcialmente en Negueira de Muñiz con un tronco de ariete, fuego, pico y piedras desnuda sentimientos desgarradores. «No nos han linchado a palos porque no han podido. Han intentado quemarnos vivos. Vinieron a matarnos», afirman los gemelos de Barcela víctimas del incendio, que no pegaron ojo en el coche por miedo.
En Barcela, la ‘playa’ del embalse de Grandas, la casa de los gemelos tiene el techo y el piso destrozados por golpes de una azada, supuestamente la que el grupo asaltante de los alrededores dejó tirada fuera. Una de las puertas está sin cristales y en una cuadra hay restos del fuego que pudo convertir en cenizas un mirador sobre el mar dulce esmeralda.
PROCESO. Tres nuevos imputados por daños
- La Guardia Civil, con un importante dispositivo, detuvo ayer a otras tres personas identificadas por los denunciantes.
«Es posible vivir sin otra ambición que estar en paz», asegura una de las víctimas
Barcela, un pueblo con dos casas, y una sola habitada a apenas cinco metros del poderoso embalse de Salime, se parece a un elitista edén como una isla griega o el lago Como de Georges Clooney.
Los gemelos invitan a pasar a los reporteros. La cocina es coqueta y está muy ordenada después de un asalto con llamas, picos y arietes. En la ventana, con la luz del agua reflejada, crece el aloe vera, con cinco hijos en otras tantas macetas en un extremo de la estancia.
