Hacer país

VALENTÍN PAZ ANDRADE, la figura a la que se dedica hoy el Día das Letras Galegas, presenta perfiles significativamente singulares, a subrayar por lo que tienen de modelo a seguir, sobre una lógica presencia dominante de creadores literarios en esta celebración de las Letras. No se trata de minusvalorar la literatura, ni mucho menos; pretendemos colocar el objetivo de visión y reflexión en esos rasgos singulares de la personalidad de Valentín Paz Andrade. Es, antes de nada, un destacado profesional liberal, un empresario, un hombre de acción e iniciativa, un político y un escritor. El orden de estas definiciones de su persona no es casual. Valentín Paz Andrade es, en la concepción global de su actividad y su compromiso vital, un galleguista. Galleguista como otros empresarios y profesionales liberales de su tiempo, que mantuvieron su dignidad en circunstancias muy adversas y de riesgo para sus personas y sus intereses. Cuando decimos galleguista estamos recuperando un término que trasciende una posición política o un posicionamiento ideológico concreto: es la tarea empresarial o profesional en y desde Galicia con los canales abiertos a la lengua gallega y a la cultura del país. La singularidad del galleguismo de Paz Andrade, como los Fernández López que siguieron la estela de Antón de Marcos, los Gil Varela o Fernández Penzol, es su entronque emprendedor en la actividad empresarial y de profesionales destacados. La reflexión y el análisis sobre Galicia como tarea es al tiempo actividad emprendedora y generadora de riqueza desde el aprovechamiento de los recursos del país. Valentín Paz Andrade cumplió con esa tarea. Como cumplió el recientemente fallecido Xaime Isla Couto. Todos y cada uno de ellos supieron y quisieron hacer tarea conjunta, sumar esfuerzos en el objetivo empresarial y en el objetivo cultural de dignificación de la lengua y el país. Hubo matices y hasta controversias, pero primó siempre Galicia como tarea.

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