El conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, trasladó a los transportistas del carbón, así como a los concellos de As Pontes y Cerceda, el «respaldo absoluto» de la Xunta contra el decreto del carbón y acusó al Gobierno central de seguir «ignorando as graves consecuencias» que esta normativa -frenada de forma temporal por la Audiencia Nacional y el Tribunal de Luxemburgo- tendrá para Galicia, ya que, como recordó, pone en riesgo 3.000 empleos y supone un impacto económico de 1.200 millones de euros.
El responsable de Industria de la Xunta, que mantuvo una reunión en Santiago con los alcaldes de As Pontes y Cerceda, representantes del colectivo de transportistas, empresarios y trabajadores de las térmicas, exigió al Gobierno del Estado que «harmonice os intereses dos distintos territorios» para frenar el decreto, que considera «un ataque á viabilidade das térmicas galegas cunhas axudas a todas luces incompatibles co mercado interior».
Guerra recordó en este sentido que los recursos de la Xunta de Galicia contra la aplicación del decreto, a los que esta semana se adhirió el Concello de Cerceda y la próxima probablemente lo haga el de As Pontes, siguen su curso ante el Tribunal Supremo y el de Luxemburgo. Y aprovechó la reunión para criticar «el veto» del Gobierno a la Xunta en la comisión de seguimiento del decreto.
Por su parte, el regidor pontés, Valentín González Formoso, demandó a la Xunta que insista en su gestión con las eléctricas para que mantengan el empleo, en concreto Endesa «dado que é adxudicataria do concurso eólico», en el que logró 138 megavatios. «O mellor plan industrial consiste no mantemento dos postos de traballo», recalcó Formoso.
El colectivo de transportistas, que exige el mantenimiento del 50% de la actividad en las centrales gallegas, se mostró positivo tras la reunión con Guerra, porque, dijeron, «comprometeuse a poñer toda a carne no asador».
Concentración
La reunión se celebró minutos antes de que alrededor de 600 personas se concentraran en la compostelana Praza do Obradoiro para exigir un futuro para las térmicas gallegas. En la movilización, encabezada por los transportistas, que partieron hacia Compostela con más de cien camiones, participaron también políticos de As Pontes y Cerceda, los alcaldes de A Capela, Pontedeume y Cabanas, el presidente de la Diputación de A Coruña y varios diputados socialistas.
Objetivo
La marcha fue la tercera promovida por los concellos afectados y los transportistas, tras una a A Coruña y otra a Madrid y la intención, según manifestó Formoso, es «manter a situación de tensión» hasta que «se aporten solucións».
