El comerciante monfortino siempre se está quejando de la fuga de clientes a las grandes superficies comerciales de Ourense, Lugo o Vigo.
El día en que los propietarios de las tiendas sean los primeros en asumir que su producto es bueno y que su único problema es que no apuestan por enseñarlo en condiciones y por ofrecer ciertas facilidades al cliente, ese día se terminarán parte de sus problemas.
Rosa Ojea ya se dio cuenta de eso. Se dio cuenta de que de nada vale lamentarse porque los monfortinos compren en Ourense. «A sociedade de hoxe está montada así, se un vai a Lugo de paseo e ve algo que lle gusta mercao pero, tamén sei, que se un veciño de Chantada baixa a Monforte e ve aquí algo que se lle adapta tamén o merca», apunta Rosa Ojea.
Ante la facilidad actual para moverse y hacer las compras donde a uno le vaya mejor sólo queda «mostrar a túa oferta e dar un bo trato ó cliente, esa é a baza do pequeno comercio. Se un cliente chega á hora de pechar hai atendelo coa mesma amabilidade, e se outro precisa facer un cambio dunha prenda non podes poñer inconvintes», apunta Rosa Ojea.
La propietaria de Trivoli es peluquera de formación y apostó por el mundo comercial porque le permitía compaginar mejor su vida profesional y familiar. Abrió Trivoli hace ocho años y hace unos meses dio un paso que le supuso un gran avance en el sector.
Esta es una valoración de quien escribe pero, igual, lo que le falta al comercio monfortino son más profesionales que, como Rosa, apuesten por abrirse al cliente.
