Gose pilla a Lugo cansado

La banda arrasatearra se volcó en Santa María (Foto: J.Vázquez)
photo_camera La banda arrasatearra se volcó en Santa María (Foto: J.Vázquez)

Resaca festera, noche previa a un laborable y quizás una hora temprana se combinaron ayer para hacer de la Praza de Santa María un lugar desangelado en el preciso instante de la salida de Gose. La vocalista de la banda y trikitilari, Inés Osinaga, pisó el escenario vaso en mano dispuesta a brindar a diestra y siniestra y hubo de hacerlo al vacío del foso y, fundamentalmente, a las escaleras del Obispado donde descansaban algunos fieles del grupo y un buen número de curiosos, repanchingados para ver lo que se les ofrecía.

Pese a lo desangelado del espacio, los arrasatearras decidieron que nada les iba a aguar la fiesta de su primer gran concierto gallego y comenzaron fuertes con un tema de su nuevo álbum, ‘Rosa’ para, acto seguido, saludar al personal en gallego y disculparse por no ser capaces de hablarlo con corrección.

Para ese momento, la plaza ya había empezado a llenarse. Algunos abandonaron las escaleras movidos por la animosidad del grupo, que se comportó en todo momento como si estuvieran ante un grupo multitudinario de espectadores. No hay público pequeño, piensan los grupos que merecen llamarse profesionales.

Al mismo tiempo, Gose logró la hazaña de captar viandantes para su causa, tarea bien difícil en un punto estratégico como Santa María, tan cerca de la zona de vinos, el destino habitual de los que la cruzan a esas horas. Sin embargo, la explosiva combinación de guitarra, electrónica y trikitixa -el acordeón diátonico vasco- sumado a la dulce voz de Osinaga provocó curiosidad a unos cuantos y contribuyó a cubrir los huecos vacíos. Los aplausos crecían tras cada canción y Gose acabó convirtiendo Santa María en fiel reflejo de lo que es: una mezcla que funciona.

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