Gorrillas

Si el Concello se viene mostrando incapaz de remediar cualquier problema, puntual o no, que afecte al ciudadano, desde la huelga de basuras al corte de suministro de agua durante días, como acaba de suceder en As Fontiñas, y por citar los dos más recientes, tampoco puede sorprender que no haya resuelto el perenne y latente conflicto de los gorrillas que chantajean (y agreden) a los usuarios de los aparcamientos del Lucus Augusti. La veintena de denuncias de enero a junio por parte de la Policía Local equivale a no hacer nada por evitarlo, porque no se trata solo de denunciar, sabiendo de su insolvencia a cualquier sanción y de la indolencia punible, sino de impedir su presencia, y eso se consigue con una vigilancia sostenida y no de un control discontinuo e insuficiente, además de otras medidas que podrían adoptarse mediante una ordenanza específica para la zona, que según dice el PP fue rechazada por el equipo de gobierno, de lo que se deduce que pasa en absoluto de solucionar la situación, de ribetes tercermundista, trasladada del viejo al nuevo hospital.

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