La participación y colaboración ciudadana son dos de los aspectos que siempre han caracterizado las fiestas de Burela. Estas dos virtudes alcanzan, en la edición de este año, una relevancia todavía mayor, tal y como reconoce el alcalde de la localidad, José María González Barcia.
-La implicación de la sociedad burelesa con sus fiestas patronales no es una novedad.
-Desde luego que no. Pero sí lo es el hecho de que este año, a causa de la crisis, se haya potenciado y que toda la sociedad se haya volcado todavía más con estas fiestas.
-¿Cómo se plasma esta colaboración?
-Hemos detectado un grado de implicación muy activo en todo lo referente a la organización, pero también se ha reflejado en las aportaciones económicas, que han hecho posible mantener un programa que, a pesar de los recortes, creo que es muy digno.
-¿Cómo se recaudó este dinero?
-A través de huchas que se ubicaron en diferentes locales comerciales. Una iniciativa que, a falta de cuantificar definitivamente, ha tenido una excelente respuesta por parte de los vecinos.
-Es época de crisis e, inevitablemente, de recortes. ¿Cómo afecta esto a las fiestas de este año?
-Inevitablemente ha sido necesario ajustar al máximo el presupuesto y se han tenido que reducir algunas partidas. Aún así, las fiestas no pierden su esencia y mantienen su poder de convocatoria. El programa es, en cuanto a días de celebración, similar al de ediciones pasadas y muy completo tanto por su variedad como por las posibilidades de divertimento que ofrece.
-Los actos religiosos, sobre todo, la procesión del sábado y el domingo son los actos más multitudinarios.
-Indudablemente. Son días en los que la gente sale a la calle y participa de la procesión sobre la alfombra floral y, por supuesto, también de la marítima.
-Sin embargo, para completar alguno de los tramos de la alfombra floral fue necesario hacer un llamamiento a los vecinos. ¿Existe un relevo generacional que evite que se pierda esta tradición?
-La preparación de la alfombra es un proceso laborioso que requiere una gran inversión de tiempo. Para los más jóvenes compatibilizar sus obligaciones laborales con los procesos de picado de verde o preparación de las flores no siempre es posible. En cualquier caso, sobre todo el sábado por la mañana, sí hay gente joven participando y trabajando en el montaje de la alfombra y eso me hace ser optimista porque pienso que esa gente, con el tiempo, acabará realizando las otras actividades relacionadas con la alfombra. Pienso que habrá un relevo generacional que, lógicamente, irá llegando de manera paulatina.
-¿Qué consejos le daría a los vecinos de Burela para estos días?
-Sobre todo que participen y disfruten. Estas fiestas están totalmente consolidadas y suponen un paréntesis necesario para que la gente aparque durante unos días los problemas para así poder disfrutar de la animación de las calles, de los familiares y de los amigos. Luego ya vendrá el momento de seguir trabajando y luchar. Burela, cuando quiere, sale adelante y de esta situación de crisis, saldremos.
