Ghana, el sueño de toda África

El nivel de juego del Mundial continúa su escalada, entre otras cosas, por selecciones como Uruguay o Ghana. Ambas salieron airosas de sus enfrentamientos contra Corea del Sur y Estados Unidos y el premio para una de ellas será alcanzar una semifinal, un techo que al principio pocos le otorgaban a los charrúas y aún menos a las ‘estrellas negras’ africanas.

La jornada se cerró con un partido durísimo, que tuvo una parte para equipo, y que necesitó de una prórroga para resolverse. En el primer tiempo sólo existió Ghana que, con un rigor táctico impropio del continente negro absorbió la energía de Donovan, Dempsey y compañía. El técnico serbio Milovan Rajevac, de insignificante trayectoria en el fútbol europeo, dispuso un osado 3-5-1, en el que dos carrileros infinitos, como el joven del Basilea Inkoom y un Sarpei curtido en Alemania, jugaban más cerca de la línea de fondo rival que de la propia.

Arriba, el elegante Gyan, que conjugó taconazos con sublimes aperturas a las bandas, y el habilidoso Kwadwo Asamoah, fueron un peligro constante. Menos nombre que la delantera de Costa de Marfil o Camerún pero, al final, la más exitosa. En el medio, el trabajo del ‘hermano pobre’ de los Boateng, Kevin Price –Jerome juega para Alemania- y sus arrancadas que terminaban en peligro enmudecieron el contragolpe otrora letal de los americanos.

Aunque la segunda mitad fue para Estados Unidos, en la prórroga el gol de Gyan convirtió a Ghana, la menos esperada, en el sueño de todo un continente que organiza por primera vez el Mundial. En cuartos tendrán enfrente a Uruguay, que ganó a Corea del Sur merced a la puntería de su delantera. Con Forlán jugando más de enganche que de killer, Luis Suárez asumió los galones de cañonero.

En el cruce que conducirá a la gloria a Uruguay y a Ghana, la clave puede estar en la zaga charrúa, lenta, aunque efectiva en lo que va de torneo. Tabárez decidió dejar la defensa de tres que empleó en la clasificación para mejor ocasión y con línea de cuatro sus prestaciones aumentaron. No obstante, la velocidad guepardiana de los ghaneses parece motivo suficiente para no mostrarse confiados de cara al encuentro. Lo positivo para Uruguay: la tendencia a los errores puntuales en la zaga africana, correcta durante todo un partido pero que en un instante puede sufrir un colapso total. Y Forlán, Luis Suárez y Cavani no perdonan.

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