Ganaderos, juez y parte

Aprendices de juez examinando una vaca. (EP)
photo_camera Aprendices de juez examinando una vaca. (EP)

 Los cursos de formación de jueces de vacuno que ofrece Acruga suponen una alternativa profesional para los ganaderos, así como un complemento a su formación que contribuye a mejorar la capacidad de manejo de sus explotaciones.

la mayoría de los alumnos del séptimo curso de jueces de vacuno organizado por la Asociación Nacional de Criadores de Raza Rubia Gallega (Acruga) son ganaderos con explotaciones de rubia gallega que llevan toda su vida dedicados a la ganadería. Ahora han querido dar un paso más, motivados por la posibilidad de ejercer como jueces acreditados en concursos, pero también como un medio para afianzar sus conocimientos y elegir con garantías qué ejemplares son los mejores para apostar por la recría o por la mejora genética en sus explotaciones de vacuno de carne. Es una experiencia que todos elogian y que, a su juicio, sirve para mejorar su formación.

Acruga puso en marcha la escuela de jueces en el año 2007. Sus responsables vieron una oportunidad de mejorar la formación de los profesionales del sector y de difundir conocimientos sobre la raza rubia gallega.

Ya entonces era muy habitual que los veterinarios y asesores de Acruga acudieran a la llamada de concursos y certámenes nacionales para ejercer como jueces, así que la creación de la escuela fue casi un paso lógico. Así lo recuerda Luciano Sánchez García, veterinario, profesor de Anatomía y Producción Animal, asesor de Acruga desde 1968 y principal artífice de gran parte de la promoción de la rubia gallega fuera de España. «Les enseñamos cómo se valora un animal de carne para un concurso, además de todo lo relacionado con la organización de un certamen de este tipo y sus reglamentos. Aunque trabajamos mucho con la rubia gallega, les enseñamos a valorar otra razas, a conocer el estándar racial, la valoración morfológica y les damos nociones de genética, aunque sean unas pinceladas. Deben conocer todo esto por si alcanzan la certificación de juez principal», explica.

Los alumnos de primer año obtienen el título de juez amateur, en caso de superar la evaluación. Los de segundo año pasan a ser jueces auxiliares y los de tercer año, juez principal, lo que les acredita para calificar en diferentes concursos de ganado. La última categoría, la de juez docente, permite impartir clases como las que se dan en la escuela de Lugo.

Durante días, los alumnos, la mayoría ganaderos, reciben clases teóricas, impartidas en las aulas de la granja Gayoso Castro, en Castro de Ribeiras de Lea, además de asistir a clases prácticas en el centro de recría de la propia granja y en diferentes explotaciones ganaderas. El curso remata con la evaluación que realizan los jueces en un concurso ganadero, donde deben valorar a los animales.

En el último curso de jueces realizado en la escuela, los 21 alumnos tomaron la alternativa en el concurso de ganado de Expolugo, el pasado 4 de octubre. Allí obtuvieron la certificación de jueces amateur 13 alumnos; seis lograron el título de juez auxiliar y otros dos, de tercer año, ya son jueces principales.

Todos ellos ya son expertos calificadores a la hora de evaluar las características de estos animales. Para pasar su examen realizaron una exhibición comentada de los ejemplares finalistas explicando qué define a un excelente animal desde el punto de vista morfológico, qué características deben cumplir para un excelente desarrollo muscular y esquelético o cuál es el prototipo racial.

VENTAJAS

Una oportunidad de especialización

Los cursos que Acruga ofrece en la escuela de jueces tienen mucho éxito entre los ganaderos, tanto como alternativa o complemento laboral como para adquirir conocimientos especializados que les ayuden a mejorar sus explotaciones.

Es el caso de Mari Sol Arias López, ganadera que se ha convertido en juez auxiliar. «Tengo una explotación en Paradela y es el segundo año que participo en los cursos. Me parece muy interesante porque aprendes cosas que te vienen muy bien para tu actividad».

De la misma opinión es Concepción López, quien asegura que sus conocimientos como juez auxiliar le sirven para saber «qué animales son buenos para recría».

Expertos y novatos
Javier Conde, que ya ha adquirido la categoría de juez principal, considera que la experiencia «cada vez es más positiva». Es ganadero en Mondoñedo y ve en estos cursos una oportunidad única de formarse.

Lo mismo opina Isabel Capón, juez amateur. «Me acabo de incorporar al sector ganadero y a la raza rubia, así que este curso me pareció una buena oportunidad para conocer mejor la raza y mejorar mi explotación en O Corgo».

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