Galicia se mira en el gris espejo de la crisis

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LAS ESCALAS de grises desaparecen súbitamente del último barómetro del CIS, realizado tras las elecciones autonómicas, cuando toca preguntar por el bolsillo de los gallegos. Muy poco margen queda para el optimismo a la hora de abordar la crisis, sus consecuencias y, sobre todo, las perspectivas a corto plazo. Además de la confirmación de algunas evidencias propias de una encuesta postelectoral tras una cita como la del 21-O (la irrupción de Beiras como segundo líder más valorado, el trasvase de votos del BNG a Age o la casi nula relevancia de la campaña a la hora de inclinar la tendencia de voto), la incertidumbre y el pesar transpiran en muchas de las respuestas a las preguntas del barómetro del CIS. Y más allá del paro, los gallegos son rotundos a la hora de pronunciarse sobre su lugar en un túnel sin salida a la vista. Veamos algunos casos que han pasado desapercibidos en las primeras lecturas.

¿Piensa usted que es muy probable, bastante, poco o nada probable que durante los próximos doce meses pierda su empleo actual? Así pregunta el CIS y así responden los encuestados: solo un 19% consideran nulas sus posibilidades de perder el empleo durante este año. La encuesta, realizada durante los meses de octubre y diciembre, ofrece otras miradas, a través en este caso de las respuestas de quienes están en situación de desempleo. Y otra vez la misma oscura tonalidad: son solamente cuatro de cada cien los parados que consideran «muy probable» encontrar empleo durante este año (un 15% lo considera «bastante» probable), frente a un abrumador 54% que tienen nulas o escasas esperanzas de conseguir un puesto de trabajo. Todo ello refuerza otra idea. Y es la de las preocupaciones, esta vez traducidas en mensajes para la Xunta: el paro, en primer lugar, seguido de la economía en general, y por este orden, la vivienda, la sanidad y la educación son las prioridades que marca la mayoría de los consultados como encomienda para el Gobierno de Núñez Feijóo. Cuestiones como las infraestructuras (carreteras o ferrocarril), la lengua, la inseguridad ciudadana o el autogobierno quedan prácticamente descartadas de esa agenda ciudadana que dictan los encuestados del CIS.

¿Y, en concreto, cómo anda el bolsillo? Pues sobre este asunto tampoco hay margen para el optimismo. Preguntados por la situación económica personal en estos momentos, solo quince de cada cien encuestados consideran que es buena, y son los menos, un 6%, los que la creen muy buena. Nítido reflejo de la coyuntura actual, un abultado 63% la califica de regular, mientras que es mala o muy mala para casi otro 20%.

La encuesta también perfila los ingresos familiares, de los hogares en los que el entrevistado es cabeza de la unidad, y la horquilla media de los ingresos se sitúa entre los 900 y los 1.800 euros al mes para algo más de tres de cada diez, mientras que son un 19% los que declaran ingresos superiores a esa cantidad.

Centrados ya en lo que fue la arena electoral, los consultados creen que en el calendario de los partidos de cara al 21-O sus preocupaciones se vieron hasta cierto punto cubiertas, al menos en cuanto a los asuntos propuestos, que no resueltos. Así, los problemas económicos, en primer lugar, y el paro fueron, a juicio de un 52%, los asuntos más debatidos. Ese fuego cruzado de ideas que fue la campaña electoral descansa sobre un tapiz, el de la situación económica en general de Galicia, que establece claroscuros en comparación con España. Veamos.

En síntesis, son más los gallegos que consideran que la coyuntura económica española es peor que la gallega. El manido consuelo de que Galicia resiste mejor la crisis que la media nacional, que se convirtió en práctico lema de campaña para el PP de Feijóo, cala en la sociedad, a decir por la encuesta. Son un 22,9% los consultados que consideran muy mala la situación económica de Galicia, frente a un 36,5% que recurren a esa calificación a la hora de valorar la coyuntura nacional. En esta línea, son más los encuestados que creen buena o muy buena la situación gallega frente a la española, mientras que para una mayoría de casi el 50%, prácticamente igual en ambos casos, estamos ante un entorno malo.

Pocos son los consultados que se declaran afiliados a un sindicato (un 7,4%), pero son aún menos quienes confiesan estar integrados en una organización empresarial (un 1,5%), mientras que son más los que aseguran que en bastantes ocasioens acuden a manifestaciones autorizadas, frente a aquellos que participan en huelgas con frecuencia. Así es la mayoría de los gallegos para la encuesta del CIS, un espejo de la crisis que proyecta sombras de incertidumbre en cada respuesta a las preguntas del barómetro.

La llegada del rey del tablero

KRONOSPAN Group (Austria), Soane Industria (Portugal), Finsa (Galicia), Egger (Gran Bretaña), Pfleiderer (Alemania), Frati Group (Italia)... Son pocos los campeones que pisan fuerte sobre el tablero del sector maderero europeo. Y uno de ellos, el que históricamente cuenta con mayor capacidad instalada en sus plantas de la UE (prácticamente 7.000 millones de metros cúbicos), ha puesto sus ojos en Galicia, tradicional territorio hegemónico de otro competidor, la compostelana Financiera Maderera (Finsa). Es Kronospan, con una treintena de fábricas y más de 11.000 empleos.

El grupo austríaco, con su presidente al frente, no dudó en desplazarse esta semana a Lugo para pujar en un juzgado por la planta de una de las filiales de Tablicia, la zamorana Interpanel. Es toda una señal, y un guiño a la eventual recuperación de la firma impulsada por Ernesto Jarabo Esteban. Los veinte millones de euros que ha puesto sobre la mesa Kronospan para hacerse con Interpanel dan cuenta de la apuesta, que persigue unas instalaciones más modernas y unos activos más golosos que los de su matriz, Tablicia, con una planta relativamente obsoleta frente a su filial con sede en la localidad zamorana de Villabrázaro. Pero, sin duda, esta operación abre la puerta a la recuperación de la viabilidad de la maderera de Nadela. Bienvenido Kronospan, sobre todo si su apuesta por Galicia no se queda en Zamora, y bienvenidos cuantos más puestos de trabajo pueda generar.

TIPOS CON INTERÉS

JOSÉ ANTONIO OROZCO ♦ Caminos divergentes tras la venta de Transportes Azkar

José Antonio Orozco, máximo responsable de Azkar tras la venta de la compañía a los alemanes de Dachser y eterno segundo de Luis Fernández Somoza en la empresa logística, separa todavía más sus caminos del empresario lucense. Auto Radio, una de las compañías de transporte controladas por Fernández Somoza y en la que estaba presente Orozco, ha impulsado una operación acordeón, con reducción de capital a cero y posterior ampliación por importe de 5,5 millones de euros, suscrita por Inversiones Subel, del empresario lucense. Conclusión: Orozco y Fernández Somoza, cada uno por su lado.

MANUEL FERNÁNDEZ DE SOUSA ♦ Todo un relato de Pescanova que pide más explicaciones

Salta al ruedo el presidente de Pescanova. Y cuenta al fin su historia. Un relato opuesto al que hace el juez en su auto de imputación, al que esgrime la Fiscalía Anticorrupción en sus escritos de acusación y al que apunta la banca acreedora en sus negociaciones de refinanciación. También dista mucho la versión de Manuel Fernández de Sousa-Faro de los argumentos que ofrecen los accionistas significativos de la multinacional en sus querellas y, por descontado, los minoritarios. Por supuesto, nada que ver con lo que dicen los expedientes de la CNMV, que tanta responsabilidad tiene también en esta crisis. Lo dicho. Una historia. La suya.

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