Fumata en La Moncloa

TODA UNA FUMATA blanca podría decirse que fue la imagen ayer del presidente del Gobierno con los secretarios generales de CC.OO. y UGT y los presidentes de la patronal CEOE y Cepyme. Mariano Rajoy entró al acto de presentación de la estrategia para el empleo juvenil flanqueado por los secretarios generales de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez. Una imagen que debería responder desde hace mucho tiempo a una realidad de pacto, acuerdo o consenso entre las principales fuerzas políticas, sindicales y patronales. Desde el Gobierno y la oposición se dinamitó y despreció la opción de pactos, ya con Zapatero en el Gobierno. Primó el interés de partido sobre el interés general o, además, no había conocimiento de la profundidad del problema. Bienvenida sea esa foto de ayer si significa que se opta por el camino del pacto para salir. Nadie tiene el monopolio de la verdad y además es una urgencia encontrar vías reales de recuperación.

OTROS HUMOS

La fumata negra de ayer en el Vaticano se esperaba. Sería ir demasiado rápido para una institución que no se caracteriza por las prisas. Como fumata negra fue para José Blanco la información sobre el suplicatorio al Congreso que, de producirse, encontrará respuesta positiva tal como anunció el propio Blanco y el portavoz del PP. Lo contrario sería un choque de poderes entre legislativo y judicial. Mientras la nieve caía sobre la provincia de Lugo, José Blanco formuló en Madrid una defensa de su inocencia frente a las denuncias de Dorribo. E hizo también un apunte de reflexión, con algo de autocrítica, sobre el uso en la contienda política de las imputaciones de los contrarios. Esa autocrítica es extensible como necesidad a todos.

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