Fuera estorbo

Explosión de júbilo como corresponde por una batalla ganada. Tanto los medios afines a Casillas, la mayoría madrileños, como los encoñados con el portero del Real Madrid, consiguieron al fin lo que querían: alejar a Diego López, única manera de que su tutelado siga vivo bajo los palos, de momento. Y el Madrid, más despreciativo que ponderado, aprovechó para matar dos pájaros de un tiro, cediendo ante quienes venían pidiendo la cabeza del de Paradela y a la vez ahorrarse la pasta. Es su segundo desplante. Primero lo proscribió al Villarreal (donde, a su pesar, triunfó) sin darle una oportunidad y ahora, con su historial consolidado, al Milán. Lástima que el CD Lugo no pueda ver un real por no existir traspaso, lo cual es también una cabronada. A todo ello está por ver si el pasado, no tan cercano, de Casillas será suficiente para relegar o sentar a Keylor Navas. No es probable que esta vez le salve el embrujo de sus apasionados. Los balones hay que pararlos, y Casillas no lo tiene demasiado claro, a juzgar por sus últimas evidencias. El tiempo lo dirá.

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