''Mi colección de ‘pinballs’ es de las mejores de Galicia''

Francisco Núñez, con sus máquinas (Foto: EP)
photo_camera Francisco Núñez, con sus máquinas (Foto: EP)

Ni sellos ni monedas, este monfortino se dedica desde hace ocho años a coleccionar las que muchos llaman máquinas de bolas, las denominadas ‘pinballs’’, de las que tiene setenta almacenadas y en perfecto estado; algunas de un alto valor económico


UN BAJO de la ciudad del Cabe atesora una de las mejores colecciones de ‘pinballs’ de Galicia, esas máquinas que hicieron las delicias de los que ahora rondan los cincuenta años de edad. Francisco Núñez, empresario de máquinas recreativas, las ha ido juntando y reparando a lo largo de los últimos ochos años hasta conseguir disponer de 70, todas en perfecto estado; algunas míticas para los que jugaban en ellas y otras cuyo precio, por ser de una edición especial, tienen un precio ¿incalculable?

Unos coleccionan sellos y otros monedas, pero a usted le dio por las ‘pinballs’. ¿Algo extraño, no?

Todo tiene su explicación. Soy una persona que lleva en el mundo de las máquinas recreativas desde muy pequeño y las ‘pinballs’ siempre fueron mi debilidad. Cuando pude fui, poco a poco, haciéndome con ellas hasta conseguir lograr setenta, las que tengo actualmente guardadas y en perfecto estado. En todas se pueden jugar.

Ya, pero el espacio para almacenarlas tiene que ser considerable, ¿no es así?

La verdad es que sí. Durante bastante tiempo las tenía repartidas en diferentes bajos, pequeños, pero ahora dispongo de uno que tiene unas buenas dimensiones en las que las puedo tener todas juntas para disfrutar de ellas.

¿Usted solo?

No. A mis amigos los invito siempre que quieren y a otros, a los de confianza, a los de mucha confianza, les puedo ceder alguna para que se la lleve a su casa durante una temporada.

¿Como catalogaría su colección?

Pues pienso que es una de las mejores de Galicia. Tengo una, la ‘Family Adam’s’ edición especial, de la que se hicieron mil unidades y de las que solamente quedarán unas 300.

¿Qué valor puede tener una de estas máquinas?

El valor es el que se le quiera dar, pero por menos de 1.200 euros no sería capaz de vender ninguna.

¿Tanto?

Es que estamos hablando de un objeto de colección y que está en perfecto estado. En mi caso, muchas las he limpiado y reparado para que estén como nuevas.

¿Mecánico de ‘pinballs’?

Pues sí. Como dije antes, me introduje en el mundo de las máquinas recreativas cuando era muy joven y aprendí a reparar las que había en aquel entonces, las llamadas electromecánicas. Las piezas las adquiero en diferentes puntos de Europa, Estados Unidos y Australia, que siguen fabricando los componentes necesarios. Otra cosa son las modernas, las electrónicas, pero hay unos más que interesantes foros en internet en los que entre unos y otros nos ayudamos para realizar los arreglos necesarios.

Estamos hablando de una afición cara.

Hombre, sí. Incluso hay quien se compra una máquina nada más que sale al mercado y para ello hay que disponer de unos 5.000 euros.

¿Cada cuánto sale un nuevo modelo?

Actualmente, lo normal es que salgan dos al año. Las últimas están decoradas y diseñadas usando las imágenes de los Rolling Stones y de la película Avatar.

¿Ya las tiene?

Ya me gustaría. No me queda más remedio que esperar.

¿Y mientras?

Pues seguir cómo hasta ahora. Si encuentro alguna a buen precio la compro y la arreglo o hago intercambios en el sentido de que si alguien tiene cuatro almacenadas y sin uso hacemos un trueque.

¿Un trueque?

Un intercambio consistentes en que yo arreglo las cuatro y el propietario se queda con dos. Las otras dos me las quedo yo.

Un trato justo.

Creo que sí, que con ello ganamos los dos.

Pero dígame, ¿Sólo mira para ellas, para su máquinas, o de vez en cuando echa una partida?

Sigo siendo un enorme aficionado a ellas, como otros de mi generación. Juego siempre que puedo, que no es tanto como quisiese.

¿Para ser un buen jugador el secreto es...?

No sabría como explicarlo. Primero tienes que conocer la máquina, cómo rebota la bola y con qué fuerza en todos y cada uno de sus puntos y luego saber en qué partes se hace la mayor puntuación posible.

¿Y eso se consigue?

Jugando. Quien sea de mi generación se acordará de El Recreo y El Heladero, dos locales llenos de ‘pinballs’ en las que nos pasábamos una considerable parte de nuestro tiempo de ocio. Incluso, entonces, podías jugar a ellas en cualquier bar, pues era raro no encontrarlas en los establecimientos hosteleros.

Pero los bares ahora no las tienen.

Eso se debió, sobre todo, a una reglamentación que las catalogó como máquinas de juego, lo que implicaba mucha burocracia para darlas de alta y altos costes en lo referente a impuestos, por lo que no compensaba poner una en ningún local. Dentro de poco la cosa cambiará y pasarán, como en otros lugares de Europa, a ser máquinas de diversión, como, por poner un ejemplo, un futbolín.

¿Y volverán a tener éxito?

Creo que sí. Donde hay una ves que los niños, los que nunca las conocieron, se emocionan y quieren jugar.

Ahora toca la pregunta indiscreta. Muchas máquinas, muchos años de experiencia, pero dígame ¿es bueno jugando?

Del montón. Siempre que puedo acudo a campeonatos a nivel nacional e internacional. Los últimos en los que estuve se celebraron en Ponferrada, Gijón y Madrid y próximamente se celebrará el campeonato de España en La Rioja. Además, el año que viene el torneo mundial será en Madrid. Si puedo no mes los perderé

¿Y dice que es del montón?

Sí. En el ránking mundial estoy en el puesto 3.000.

¿Ránking mundial?

No se lo tome a broma. Hay una verdadera devoción y pasión por este juego. En la actualidad, el mejor jugador del mundo es el estadounidense Keith Elwin, de 39 años y residente en California. La verdad es que los mejores clasificados a nivel mundial son de Estados Unidos.

Un lujo

Un máquina nueva, de las que solamente salen un par de ellas al año al mercado, puede llegar a costar unos 5.000 euros»

Afición

Siempre que puedo juego en ellas y si tengo la ocasión acudo a torneos nacionales e internacionales»

EN CORTO
«El tiempo de las tragaperras, con internet, está llegando a su fin»

 

Francisco Núñez tiene entre sus líneas de negocio la instalación de las llamadas máquinas tragaperras en locales de hostelería, un negocio al que no le augura demasiado futuro.

¿Cómo está actualmente el sector?

Pues como el resto de los sectores, a la baja. La crisis económica ha propiciado que se recaude en torno a un 35% menos de lo que venía siendo habitual años atrás.

¿No faltará innovación para atraer al potencial cliente?

Los fabricantes hacen de todo para conseguirlo, como desde hacer máquinas que ya pagan en billetes los premios importantes hasta diseñar cabinas blindadas para evitar que el típico caco que entra en un bar se lleve el dinero que hay en el interior del aparato

El futuro está en...

En las máquinas de apuestas on-line, a través de internet, que quizá lleguen a acabar con el reinado de las tragaperras. Todo está preparado para su introducción en los locales de hostelería y poder hacer apuestas deportivas en tiempo real. Dicen que no será un monopolio y que para su colocación podrá optar cualquier empresa que ponga sobre la mesa un aval de un millón de euros.

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