"Expreso mis fantasías a través del arte"

Trabaja con plata y piedras semipreciosas para crear joyas y pequeñas esculturas. Tiene una extensa creatividad gracias a todos sus viajes y se inspira en sus vivencias por México y la cultura celta para hacer sus piezas
Francisco Javier Lagares en su taller en ArtDesing Gallery
photo_camera Francisco Javier Lagares en su taller en ArtDesing Gallery

El trotamundos Francisco Javier Lagares crea joyas y esculturas en las que expresa sus ideas y recuerdos de sus vivencias.

Original de Lugo, el artesano se fue a los 17 años a México, donde vivió en diferentes ciudades y pueblos que le dieron la oportunidad de conocer a fondo la cultura del país.

Empezó con la artesanía como una actividad que le servía para poder seguir viajando. Hacía cosas pequeñas con alambre que vendía a los turistas para sacar así algo de dinero. "Me fue gustando y fui encontrando mis talentos personales, como el pulso y la paciencia. Poco a poco fui aprendiendo nuevas técnicas", dice Francisco, quien confiesa que es un oficio que le apasiona y que "seguiré con ello hasta que la salud me dé".

"Conozco otras culturas diferentes y eso llena mi cabeza de una creatividad y fantasía más extensa"



El orfebre trabaja con diferentes metales, pero asegura que la plata es sin duda su preferido porque "me recuerda a la luna". También dice que le gusta este material porque es un elemento "antibacteriano y muy noble, y ya simplemente el color me atrae".

Además de usar metales, Francisco hace piezas con piedras semipreciosas. Dice que "todo lo que hago me gusta, pero lo que más me apasiona es tallar el ámbar". Comenta que trabaja este material porque le gusta mucho personalmente. Empezó a usarla estando en México, ya que vivió en Simojovel, un pueblo productor de esta resina fósil petrificada. Dice que en algunas comunidades "es considerada una piedra mágica y se la ponen a los niños desde muy chiquititos para que les proteja del mal de ojo" comenta. "Yo sé que funciona, yo creo en el ámbar", confiesa.

Aprendió por su propia cuenta a hacer artesanía, pero dice que tuvo "un par de maestros muy buenos, que considero amigos" y que le enseñaron a mejorar alguna técnica. "El que yo considero mi gran maestro es Pedro Molina, que fue doce veces primer premio de bellas artes en México y es uno de los mejores escultores en ámbar de ese país", asegura.

"Lo que más me anima es la alegría de la gente cuando se lleva una de mis piezas; me satisface más eso que el dinero"

Dice que su trabajo se puede diferenciar de los demás por sus "locuras". "Viajé mucho y conozco otras culturas diferentes y eso llena mi cabeza de otras posibilidades. Mis vivencias hacen que yo tenga una creatividad y fantasía más extensa que otras personas", comenta el artesano.

Francisco expresa en sus diseños las cosas que le apasionan, en especial todo lo que tiene que ver con la naturaleza. "Es algo que me fascina. Viví once años en la selva en el trópico, en comunidades indígenas y siempre estuve en contacto con ella", dice.

Aunque la mayoría de sus piezas estén inspiradas en las culturas indígenas de México, también tiene motivos de su tierra natal. "Además de mi sangre gallega, lo que más me llama la atención es la cultura celta", dice. "Hoy en día me inspiro mucho en la gente de Galicia, pero sobre todo en la cultura celta", comenta.

Francisco lleva ya 32 años dedicándose a la artesanía, una actividad que le entusiasma. "Expreso mis fantasías a través del arte y lo disfruto por la pasión que pongo; es algo innato", dice. "Lo que más me anima a continuar es la alegría de la gente cuando ve una de mis piezas", asegura, "es lo que me motiva a hacer estas cosas, a veces es más importante que la persona quede satisfecha de mi trabajo que el dinero", comenta.

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