Folgueira dimite tras 25 años como edil en Meira

El exalcalde del PP, que ocupó el sillón de mando una década, hasta 2007, destaca la creación del parque y lamenta no lograr un geriátrico
Rosendo Folgueira
photo_camera Rosendo Folgueira

El año 1992 fue un año significativo en la historia de España, con Juegos Olímpicos de Barcelona o la Expo de Sevilla, y también en la personal de Rosendo Folgueira, ya que fue entonces cuando inició una larga y fructífera carrera política en el Partido Popular, de la mano del entonces alcalde Federico González López, a la que este jueves pone fin en el pleno, tras 25 años como concejal, diez de ellos como alcalde.

La muerte de Federico convirtió a este antiguo empleado de banca en regidor inesperadamente en 1997, y el PP apostó por él para encabezar la lista en los siguientes comicios, logrando mantener un bastón de mando que revalidaría también en 2003. Cuatro años después tuvo que cederle el sillón al independiente Antonio de Dios y en 2011 pasó a ser el número dos de Ramiro Pérez, que recuperaría la alcaldía para el PP, perdiéndola de nuevo en 2015 con De Dios, esta vez en el PSOE.

"Hai oito anos que quero deixalo, todo ten un límite", dice Folgueira, a quién su buena relación con Ramiro, "comigo foi moi traballador e moi atento", lo llevó a posponer una decisión de la que está totalmente convencido y que hizo efectiva el 1 de enero, aunque será en pleno de hoy, fijado para las 9.30 horas, cuando se haga oficial.

Volviendo la vista atrás, Folgueira asegura que el balance sobre su gestión "ten que facelo o cidadán, non eu, eu só podo dicir que deixei ata a última gota e que conseguín todo o que puiden conseguir, por traballar, por pedir e por ser pesado non quedou".

Como asignatura pendiente, cita la residencia de mayores con centro de día, que tuvo apalabrada dos veces, con proyectos hechos que nunca llegaron a ejecutarse. Sin embargo, reconoce que le tocó una buena época al frente de la alcaldía, en la que había más fondos, y de los proyectos sí ejecutados destaca tres: la estación de bombeo de agua, la rehabilitación de la Praza do Convento y, sobre todo, la creación del Parque Profesor Río Barja, "que abriu Meira cara ao Miño, porque viviamos de espaldas a el", y le dio "un pulo" a la localidad, "para empezar coa construción de 150 vivendas".

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