Flexibilidad y teletrabajo

LA INICIATIVA para flexibilizar el horario de presencia física de los funcionarios gallegos y la opción del teletrabajo durante algunas jornadas semanales parece una propuesta buena para los empleados públicos que han sido y son castigados en su salario por las medidas frente a la crisis. La medida, que excluye lógicamente a la enseñanza, justicia y sanidad, puede contribuir a compatibilizar mejor las obligaciones familiares y laborales, no perjudica en nada al administrado y hasta pudiera dar como resultado una administración más eficiente.

«VERGOGNA»

Al papa Francisco solo se le ocurría ayer una «parola: vergogna» ante la tragedia de los inmigrantes que pretendían llegar a la isla de Lampedusa. Son varios sucesos cargados de dramatismo en las últimas semanas. El incendio de la barcaza en la que viajaban unas 500 personas o el grupo de 200 que fue obligado a tirarse al mar. La vergüenza de la que habla el Papa es la de las mafias que trafican con quienes buscan sobrevivir. Es la vergüenza de los países europeos que gastan más dinero en tecnología punta y alambradas para blindar las fronteras contra los inmigrantes que en perseguir a los mafiosos. Vergüenza es una economía que ha sustituido, bajo el paraguas de la globalización, la explotación colonialista de las materias primas, sin generar riqueza alguna en los países donde las extraían, por la mano de obra barata, de explotación, bajo el eufemismo de la deslocalización que, además, en el llamado primer mundo genera más pobres y destruye las clases medias, colchón de la estabilidad social y política. Hacen falta más voces y más líderes que denuncien la desvergüenza, la inhumanidad, de quienes desde las mafias y desde las políticas económicas alimentan esta realidad.

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