Feliz año 2010

algunos amigos, con cierta ironía y claro sentido del humor, han correspondido este año a mis felicitaciones navideñas con un texto que se podría resumir así: vistas las perspectivas actuales y de futuro y ante la que se nos viene encima, te deseamos lo mejor para el... 2010.

A lo que se ve, nadie quiere oír hablar de este año que acaba de comenzar y del que, según los augurios, no se espera nada bueno, en especial en el aspecto económico. Y ya se sabe que el dinero no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla, y no digamos si ser feliz pueda
suponer en estos momentos algo tan sencillo como llegar a fin de mes, comer todos los días o que los usureros de la banca no te achuchen con amenazas.

Así pues, la gente está deseando que pase este año y no es para menos, pues desde el día 1 cuestan más en toda España la luz, los peajes, el tren y el correo a lo que hay que añadir la subida en Lugo de las tarifas de bus, taxis y agua, que duplican el IPC.

Está claro, por lo tanto, que la crisis la sufrimos casi todos a pesar de haberla montado unos pocos que se siguen riendo de sus conciudadanos mientras llenan el bolsillo. Y si no, cómo se explica que en Galicia suba la luz cuando es una de las grandes productoras españolas y después de que las eléctricas anunciasen beneficios astronómicos.

Resulta además chocante que en muchos casos las subidas vengan consentidas o propiciadas por el Gobierno, como las del correo o el tren, aunque en este último caso a los lucenses no nos afecte porque aquí no existe Y todo mientras que a los ciudadanos de a pie se nos habla de apretarnos el cinturón y de solidaridad para superar la crisis, en tanto los banqueros apalancan subvenciones y no sueltan un duro porque saben que con el dinero sólo juegan ellos y nadie se atreve a ponerles coto.

Vivimos en una falacia y el engaño es moneda de cambio para la comunión con ruedas de molino. Una de las haciendas paralelas, o sea, la Dirección General de Tráfico, viene ahora con el cuento de que este año hubo menos muertes en carretera pero lo que no explica
es que sólo se contabilizan los que fallecen en las primeras 24 horas del accidente.

O sea, que los que la palman dos o tres días después oficialmente mueren por causas naturales aunque ya puestos a ofrecer datos, sería interesante conocer la subida experimentada en la recaudación por multas, o los gastos equitativos entre solucionar puntos negros y la compra de más radares para las carreteras.

Vamos, que la cosa apunta mal y no hay visos de cambio así que, lo dicho, feliz año... 2010.

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