Félix Fernández: ''Lo peor es sumirse en la indecisión y el conformismo de un trabajo fijo''

Félix Fernández, en uno de sus autorretratos, que representa un mapa
photo_camera Félix Fernández, en uno de sus autorretratos, que representa un mapa

No sabe si es más fotógrafo que bailarín o actor, pero sí sabe que es artista multidisciplinar. Félix Fernández (Viveiro, 1977) fue uno de los tres creadores becados en el extranjero por Gas Natural Fenosa. Ahora expone su obra, tras pasar por Berlín y Nueva York, en A Coruña.

'CROSSED LINES’ es el título del proyecto que presenta Félix Fernández, hasta el próximo 12 de febrero, en el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa (Macuf) en A Coruña. No es un título escogido al azar, es un título que resume su estancia de medio año, becado por esta empresa, en dos ciudades que él vio como radicalmente opuestas, Berlín y Nueva York y cuya experiencia artística fraguó en tres vídeos, catorce fotos y dos instalaciones.

¿Qué encontró en estas dos ciudades?

Son completamente opuestas. En Berlín, reina la horizontalidad, es una ciudad relajada, que permite un estado contemplativo y la búsqueda interior, es una ciudad ideal para encontrarte. Nueva York es la ciudad de las oportunidades, pero no sería la indicada para encontrarte a ti mismo. Es un espacio competitivo, donde la acción es necesaria y donde la ciudad te come.

¿A qué obedece el título del proyecto expositivo, ‘Crossed lines’ (‘Líneas cruzadas’)?

El proyecto habla de la oposición de dos líneas y de que ambas tienen, en cambio, un punto de intersección en el que coinciden, al ser cruzadas. Esto no sólo lo aplico a nivel físico sino también a nivel conceptual.

¿Qué relación tiene el punto de intersección con lo que usted vivió en Berlín y Nueva York, durante su estancia becada por Gas Natural Fenosa?

Esta experiencia buscó el nexo de unión entre ambos conceptos, entre ambas ciudades porque, aunque distintas, son las dos caras de la misma moneda.

¿Cómo está estructurado su proyecto que se puede ver ya en el Macuf?

Hay dos partes, como si fuese un yin yang. Hay una zona oscura, que se correspondería con Nueva York y que llamo ‘revolving wall’. En vez de puerta giratoria, muro giratorio en inglés. Son fotografías con cajas de luz que muestran diferentes partes de la ciudad de Nueva York, intervenidas digitalmente. Ahí entremezclo mensajes publicitarios de la ciudad y los introduzco en otras partes, haciendo visibles esos mensajes de forma que queden como exhortativos. Son como fragmentos de la ciudad. La otra parte es la de Berlín, inspirada en Caspar David Friedich, un famoso pintor romántico alemán. En estas fotos, hice una proyección de las emociones del ser humano en el paisaje. Mi intención era que el individuo proyectase sus emociones en el paisaje en el que está inmerso. Sus emociones de huida, descanso, apertura, redención... Es un individuo que siempre aparece de espaldas.

Y que es usted mismo.

Sí, soy yo. Pero también hice de mí mismo dos autorretratos, que están en el díptico del proyecto, en la antesala de la exposición. Uno, con líneas que simulan un mapa sobre mi rostro y otro, con puntos de quemaduras de cigarrillos, también sobre mi cara. Representan la bipolaridad del proyecto.

¿Cómo son las instalaciones?

Incluyo dos. Una, ‘Run, baby, run’ (‘Corre, cariño, corre’), que es una especie de tótem funerario al capitalismo, como homenaje póstumo. Y la otra lleva por título ‘The gift’ (‘El regalo’), que es muy horizontal, con un paracaídas en el suelo y una plataforma redonda con estructuras cónicas que representa una acumulación de objetos y que incluye una luz giratoria bajo ella. Las dos instalaciones hacen referencia a lo que el sociólogo Robert Kurz llamó «turbocapitalismo», que señala que el capitalismo ha dejado de ser lo que era para pasar a algo más peligroso.

¿Cuál es el contenido de los vídeos que también incluye?

Uno de ellos lleva por título ‘This leak’ (‘Este fallo’). Es un videoclip promocional del DJ Rubeck y fue grabado en Nueva York. Es un vídeo musical inmerso en esta experiencia artística. Narra la historia de un banquero de Wall Street que, tras un suceso, sufre una catarsis emocional. Otro se titula ‘33’. Es el retrato de todo lo contable que hay en la vida de un personaje inventado por mí. En el vídeo, se hace un retrato de este personaje a través de números, a través de la vida de una persona. Dura seis minutos. El tercer vídeo se titula ‘Yo, en caminos ajenos’ y habla de la identidad del inmigrante.

¿Qué ciudad le resultó más inspiradora: Berlín o Nueva York?

Ambas son muy inspiradoras. Estás allí y empiezas a crear. Ni Berlín ni Nueva York son ciudades convencionales. No te dejan impasible. Se puede decir que las fotos que hice en Berlín están más influenciadas por la pintura romántica del siglo XVIII; las de Nueva York incluyen letras, mensajes y parecen intervenciones en espacios públicos.

¿Se puede decir que es un trabajo donde deja entrever sus emociones?

Hay emoción, pero es más de tipo intelectual, racional. No es un desgarro.

Estuvo tres meses becado en cada ciudad, pero ¿cuánto tiempo le llevó hacer todo este trabajo artístico?

Fueron dos años de trabajo.

¿Con qué se quedaría: con su faceta de fotógrafo, de bailarín, de actor...?

Soy un artista multidisciplinar y lo soy porque prefiero no elegir. Me resulta así más creativo. Entre otras cosas, porque me puedo expresar en miles de formatos eligiendo el que más me convenga o se adapte a lo que quiero comunicar.

Y ahora, como artista multidisciplinar que es, ¿está embarcado en algún otro proyecto artístico más?

Actuaré el 17 de noviembre en la performance ‘El guardián’, en el antiguo matadero de Legazpi, en Madrid.

¿Actuará solo?

Sí, estaré solo en la performance.

Estudió Bellas Artes y nació en Viveiro. ¿Sigue viviendo en A Mariña?

No, vivo en Madrid, pero tengo familia en Viveiro y Lugo y voy por ahí con mucha frecuencia.

¿Corren buenos tiempos para vivir del arte en época de crisis?

Estamos muy negativos y no se puede continuar así. Tenemos que buscar nuestra propia realización personal. Lo peor es sumirse en la indecisión y en el conformismo de un trabajo fijo. Hay que buscar otras alternativas. Así que creo que tampoco corren tan malos tiempos para el arte.

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