Extinguidos los contratos de 21 trabajadores del Balneario de Guitiriz

Los afectados, a los que la CIG calcula que les deben más de 300.000 euros por el impago de nóminas, aseguran sentir "tristeza", pero también "alivio" tras desvincularse de la empresa
El balneario de Guitiriz. ARCHIVO
photo_camera Hotel Balneario de Guitiriz

Las puertas del Hotel Balneario de Guitiriz se cerraron este martes, si no oficialmente, al menos sí simbólicamente, con la confirmación de la extinción de los contratos de un total de 21 trabajadores de la plantilla. "Hoxe (por ayer) é o último día de traballo, péchase un ciclo", explica Antonio Niño, secretario comarcal de la CIG, que representó a los trabajadores en el proceso. Estaba previsto que se celebrase una vista en el juzgado de lo Social número 2 de Lugo, pero no fue necesario, ya que las partes llegaron a un acuerdo en el acto de conciliación.

"Acordouse o pago dos salarios pendentes e unha indemnización", explica Niño, que en una primera estimación calcula que el importe que debe abonar la empresa supera los 300.000 euros. Sin embargo, dada la situación del Hotel Balneario, no confía en que esta pueda hacer efectivos los pagos en los plazos fijados. "Non cremos que haxa liquidez para aboar o primeiro pago o venres, e ao non cumprir habería que pedir a execución da acta xudicial, o que iniciaría un requerimento", precisa Niño sobre unos trámites que demorarían el cobro varios meses y que podrían desembocar en el embargo de los bienes de la empresa para afrontar los pagos.

En último caso, sería Fogasa quien asumiría parte de la deuda, cubriendo cuatro mensualidades -tienen sin cobrar las pagas extras de 2016 y practicamente todas las nóminas de 2017- y una indemnización de 30 días por año trabajado. "Queda moito camiño por diante para dar cobrado, pero afortunadamente púxose fin a unha agonía, a unha situación que era insostible e na que a xente estaba desesperada e agotada psicoloxicamente", concluye Niño, que también se muestra pesimista sobre el futuro de las instalaciones, en el que ve probable que se llegue a la ejecución hipotecaria.

AFECTADOS. "Recoñecéronnos as débedas, a cada un a súa, e déronnos os papeis para o paro", resume uno de los 21 empleados que solicitó la extinción del contrato. "De momento está claro que non imos cobrar", dice, recordando que compañeros que ya recurrieron a esta fórmula antes que ellos tampoco han percibido nada.

A la espera de una venta o de la liquidación de Fogasa, confiesa sentir "tristeza" por dejar el que ha sido su puesto de trabajo durante más de ocho años, aunque también "alivio" tras la difícil situación de los últimos meses. "Desexo que volva funcionar en pouco tempo e que eu poida ir, aínda que sexa como cliente", concluye, recordando que tras el proceso de ayer solo restan dos personas trabajando en el campo de golf -el único que ha mantenido su actividad-, y un par de empleados de baja que no pidieron la extinción.

"Siento tristeza porque han sido diez años de mi vida, pero también alegría porque era una agonía estar allí, ir a trabajar y no cobrar", dice otra de las ya extrabajadoras del balneario, que apunta que los dueños "nos dijeron que de momento van a seguir allí".

El abogado de la empresa, Guillermo Liaño, confirmó que el balneario no está aún cerrado y recordó que el propósito de la propiedad siempre ha sido cumplir con "el pago de las nóminas y encontrar a alguien capacitado para afrontar la gestión y que garantizara la continuidad de los trabajadores".

Sin embargo, tras los últimos acontecimientos y aún con la esperanza de que aparezca un inversor, asegura que "no van a permitir que se especule con el balneario", intención que le atribuye a Abanca, contra la que presentaron una querella por las "novaciones opacas" de préstamos hipotecarios en 2010 y 2012. Este proceso judicial está todavía abierto y desde abril, pendiente de que la entidad bancaria aporte la documentación que se le ha requerido, según indica Liaño.

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