Expertos analizan un zifio que varó en San Cibrao

Personal del Cemma recogerá muestras para saber de qué murió
Vecinos observando el cetáceo varado en Pericón.
photo_camera Vecinos observando el cetáceo varado en Pericón.

Miembros de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma) se desplazaron este lunes a San Cibrao para analizar el cuerpo del zifio común que varó en la cala de Pericón, más conocida como playa de los cristales, en San Cibrao, junto al campo de fútbol de la localidad. La inaccesibilidad del lugar en marea alta impidió a los expertos retirar el cuerpo del animal, por lo que se espera que regresen a lo largo del día de la jornada del martes para poder tomar algunas muestras que les ayuden a determinar las causas del fallecimiento del cetáceo.

De momento, y a falta de un análisis más exhaustivo que determinará la necropsia, los expertos apuntan que el animal murió en alta mar y que fueron las corrientes marinas las que lo arrastraron hasta el arenal cervense. Se trata de un ejemplar de gran tamaño de la especie de zifio común, que no suele acercarse a las costas; más bien todo lo contrario, ya que viven en alta mar, aunque con el hallado este lunes son ya tres los ejemplares que han recogido los miembros del Cemma en el litoral de Galicia en el último mes, aunque no se puede confirmar que haya un denominador común en todos los casos.

La aparición del animal causó cierto revuelo en la localidad, ya que fueron muchas las personas que se acercaron hasta la zona para ver desde el alto del acantilado el cuerpo inerte del cetáceo, que se batía con las olas y que algunos presentes estimaban que podía medir hasta siete metros de largo.

La toma de muestras y su posterior análisis podrá determinar también si se trata de un macho o una hembra y de su edad, además de las posibles causas de su muerte. Lo que no parece probable es que se pueda retirar por completo el cuerpo, debido a lo complicado de acceder a la zona y el peso del cetáceo.

A pesar de que suelen vivir alejados de la costa no es raro el avistamiento de ejemplares en las playas de la comarca mariñana, adonde suelen llegar moribundos o bien ya cadáveres. La mayoría de los que llegan hasta el litoral lucense son calderones.

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