Estudiar inglés con acento americano

Amanda Harvey, durante una clase con alumnos de segundo de Eso. (Foto: Porto)
photo_camera Amanda Harvey, durante una clase con alumnos de segundo de Eso. (Foto: Porto)

Los alumnos del instituto sarriano Gregorio Fernández estudian este año inglés de la mano de la norteamericana Amanda Harvey, quien se trasladó a Galicia atraída por la comunidad después de realizar el Camino de Santiago en dos ocasiones.

La joven, de 25 años de edad y natural de Ohio, llegó a Sarria tras cursar filología española en Estados Unidos y Alcalá de Henares y recomendarle una amiga la experiencia de ser auxiliar de conversación en un centro educativo español. Su primer destino fue La Rioja, que cambió este curso por Sarria porque «echaba de menos Galicia», confiesa.

Amanda Harvey ya conocía la villa al haber realizado la última parte de la ruta jacobea cuando estudió en Alcalá de Henares, experiencia que repitió en 2010, aunque ya desde Roncesvalles. «Me gustaría continuar los próximos cursos en Galicia, es un sitio distinto, especial. Estoy muy contenta en Sarria, me quedaría si me dejan», dice.

La estadounidense imparte inglés a doce grupos de alumnos del instituto sarriano, que van desde primero de Eso a segundo de Bachillerato, pero también a una clase de formación profesional.

La joven asegura que a los españoles les cuesta «mucho» hablar inglés. «Estoy en clase para que escuchen a un hablante de inglés, para que vean como se pronuncia el idioma. Han aprendido a escribir y leer, eso lo hacen bien, pero a la hora de hablar les cuesta, tienen vergüenza», explica.

Amanda Harvey cree que las dificultades de los alumnos con el idioma de Shakespeare se debe a que es «muy diferente al español y no se pronuncia todo lo que se ve». La profesora recomienda viajar a un país en el que el inglés sea el primer idioma para utilizarlo correctamente, aunque si los estudiantes no tienen esta oportunidad apuesta por que conversen con gente de habla inglesa. «Y en Sarria hay algunas personas que tienen el inglés como primer idioma», añade.

La estadounidense afirma que los alumnos más jóvenes hablan mejor inglés, lo que achaca a que «ahora en España se da más importancia a este idioma que antes». Sin embargo, aclara que los estudiantes de cursos más superiores prestan una mayor atención y tienen «menos miedo» de charlar durante las clases. «Con los mayores estoy más cerca en edad, por lo que bromeamos más y nos reímos más», apunta la joven, quien cada día imparte la clase de conversación a la mitad de los alumnos del grupo «para poner más atención a cada uno».

Para captar la atención de los alumnos apuesta por hacer que vean que el inglés es divertido con diversas actividades, como juegos, charlas sobre temas que les interesan o canciones que en ocasiones interpreta ella misma.

Antes de estudiar filología española Harvey cursó dos años de música. «Esta es un buen recurso en clases, podemos escuchar canciones y a veces me piden que cante yo. Cuando lo hago me sorprende que están todos calladísimos», cuenta. Esta afición por la música nació en la infancia y en el instituto y la universidad formó parte de coros, «muy comunes en Estados Unidos».

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