La casa comunitaria de Monterroso ya tiene ocupadas siete de sus trece plazas. Los internos valoran especialmente la calidad de las instalaciones y, sobre todo, los cuidados casi familiares que reciben del personal del centro.
UNA REALIDAD. El geriátrico municipal de Monterroso ha sido uno de los proyectos en los que el alcalde de la localidad, el socialista Antonio Gato, ha puesto su mayor empeño personal.
En apenas tres semanas que lleva abierta, esta casa comunitaria -técnicamente no es una residencia de la tercera edad, ya que no puede acoger a personas no válidas- ya tiene ocupadas siete de sus trece plazas disponibles en esta primera fase de apertura. Sus residentes, seis hombres y una mujer, cohabitan ya como una familia bien avenida y todos ellos destacan el mimo y cuidado con los que los trata el personal del centro.
Pepe es un hombre de aspecto bonachón al que su tupida cabellera le hace aparentar menos de las
