''Estou preocupada pola economía da explotación e non sei que pasará''

La joven Rocío López Rivas llevaba años viviendo de su trabajo como peluquera cuando sus padres comenzaron a animarla para formar una sociedad ganadera. «Insistiron e, como o traballo no campo tamén me gusta, acabei aceptando». Eso sí, sin renunciar a su anterior empleo.

Ahora, con 29 años, compagina su trabajo a media jornada en una peluquería de Castro con la dedicación que le exige la explotación de leche, con un total de 130 cabezas, establecida en el lugar de Matodoso.

Rocío emprendió este reto con toda la ilusión, algo que se refleja en el nombre que eligió para la nueva sociedad. «Chamámoslle Los Alegres, aunque teño que recoñecer que xa hai momentos nos que penso que ese nome non lle fai moita xustiza». Y es que, aunque se siente muy satisfecha de colaborar con sus padres en el mantenimiento de la explotación que ya pusieron en marcha sus abuelos, reconoce que los resultados económicos la superan a menudo. «Nunca antes me parara a pensalo detidamente, pero o certo é que sacar adiante unha explotación é cada vez máis complicado. O prezo do penso ronda os 0,30 euros, o que nos supón preto de 12.000 euros ó mes, mentras que o leite só o pagan a 0,28 euros. É difícil».

Entre cálculos y cabezas de ganado, Rocío deberá pasar, al menos, los próximos cinco años. Luego, no tiene claro qué pasará. «O traballo non me disgusta pero non me imaxino manter así a unha familia».

Si la situación no cambia, su idea es volver de lleno al sector de la peluquería, lo que augura un futuro negro para la explotación. «Quizáis desaparecerá», dice, porque su único hermano tampoco se plantea un futuro en el campo.

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