''Estamos hasta las narices''

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Los representantes de los colectivos vecinales eligen una frase contundente y descriptiva para hacer constar su malestar con la huelga y describir el hartazgo de los lucenses. «Estamos hasta las narices», dicen. Coinciden en el cansancio, en la elección de la palabras y hasta en la solución: piden el rescate del servicio si no se llega a un acuerdo ya. Pasados 23 días creen que ya no se puede esperar mucho para acercar posturas.

«Desde el principio nos pareció que la postura de la empresa era prepotente y despótica. No creo ni que sepa donde está Lugo ni que le preocupen realmente los lucenses», explica el presidente de la federación vecinal, Jesús Vázquez, para explicar su respaldo a los trabajadores. Considera inexplicable el desplante a los mediadores y cree que a la plantilla «también hay que tirarles de las orejas por cumplir los servicios mínimos donde les da la gana». El Concello es en esta contienda «un convidado de piedra».

Llegados a este punto, defiende el rescate de la concesión, pero no la municipalización del servicio porque «no está bien que la gente se haga funcionaria por la puerta de atrás». Le parece la mejor opción para dar respuesta a una paciencia «infinita» de los lucenses. «No creo que otras ciudades aguantasen lo que aguantamos aquí», cree y denuncia la precaria situación de la zona rural, donde no se ha recogido ni una sola vez.

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